Nos acercamos al fin de "Tokyo Ghoul: Re" y las acciones de Studio Pierrot demuestran que es hora de empezar a atar todo cabo suelto -en la medida de lo posible-. Mediante el episodio 23 del anime -u 11 dependiendo de la numeración de temporadas-, "Tokyo Ghoul: Re" establece principalmente un puente para con el gran final que, a modo de entretenimiento, trata algunos tópicos de relevancia con respecto a las figuras de Renji y Amon, especialmente.
De este modo nos plantamos en la situación de los mencionados personajes, los cuales se ven encargados de una compleja tarea: hallar a aquellos que han causado la repentina aparición de un Búho de grandes dimensiones. Tras la salida de Ayato y Kaneki con el objetivo de investigar el cuerpo restante de la transformación del propio Kaneki -algo que trataremos con más profundidad posteriormente-, una nueva amenaza se cierne sobre la CCG. Las fuerzas unidas de humanos y Ghouls se combinan así para repeler todo ataque derivado de los esfuerzos de los Payasos, aunque ven imposible hacer frente al Búho, que muestra la aparente característica de ser indestructible. Consecuentemente, tanto Amon como Renji se embarcan en una expedición para batir a aquellos que están controlando al enemigo de forma telemática. Esta expedición, cabe destacar, acaba signficando mucho más para ellos que un simple duelo muerte, pues en el proceso logran cerrar ciertas heridas que durante mucho tiempo habían afligido a su corazón.
Del lado de Amon, nos encontramos con que el rostro al que debe plantar cara es ni más ni menos que Donato Porpora. Este personaje, también como 'Sacerdote', actuó como padre adoptivo de Amon en un orfanato católico que le permitió recibir el mencionado sobrenombre. En esta ocasión, no obstante, el escenario es totalmente distinto para ambos, y lejos de verse unidos no tienen otra alternativa que luchar por la causa que defienden. El combate entre ambos está repleto de grandes escenas de acción, y el resultado final nos depara la victoria de Amon. Aun así, lejos de estar satisfecho por ello, Amon muestra una mayor sensación de liberación al poder hablar honestamente con su 'padre'. Por suerte, los dos pueden respirar tranquilos al haber conseguido verse frente a frente tras mucho tiempo. Algo similar se da con el mencionado Renji, que en su caso se ve obligado a luchar contra Uta o, como se le conoce también, 'Sin Cara'. En este caso, puede que la relación de estos no sea tan estrecha como lo fue en su momento la de Amon y Donato Porpora, pero pese a ello, el hecho de ser dos viejos amigos prevalece incluso con el golpe final asestado por Renji. Este proceso de cerrar viejas heridas es uno que, aún sin resultado final, comienza a perseguir a Kaneki.
Durante su investigación por los restos del 'Dragón' surgidos de sí mismo, este último empieza a notar con cada vez mayor intensidad la presencia de Rize. Recordamos que la última vez que supuestamente vimos a dicho personaje fue ante Furuta y justo insertada dentro de uno de los'huevos' que emanan del interior del Dragón. Acorde con las estimaciones de la CCG, tan solo quedan cerca de 12 horas para que el efecto del 'Dragón' se desate por completo en Tokio, y para evitar que ello ocurra no hay otra solución que encontrar el segundo núcleo que lo mantiene en funcionamiento. Con el rescate de Kaneki la estructura debió de haber dejado de funcionar de manera inmediata, pero sorprendentemente se descubre que existe un segundo organismo en su interior que permite que sus funciones sigan adelante. Por el momento se desconoce de quién puede tratarse dicho organismo, aunque se haría bien en asumir que podría ser la supuesta Rize que se encontraba en posesión de Furuta, pues se trataría de la única explicación lógica ante las extrañas sensaciones que recorren a Kaneki.
Habiendo mencionado a Furuta, no podemos obviar el hecho de que el final del capítulo nos muestra el cara a cara que posiblemente ocupará gran parte del que será el episodio final de Tokyo Ghoul: Re. Kaneki, recordamos, parece contar ahora con una nueva evolución de su poder a raíz de la transformación en 'Dragón' o ciempiés gigante, en su defecto. No obstante, todo apunta a que aún así Furuta no será ni mucho menos un rival sencillo de batir. Asimismo, es obligatorio plantearse el hecho de que el propio Furuta no se vaya a tratar del 'jefe final' que él mismo mencionaba diversos capítulos atrás, pues la prominente figura de Rize nos invita a pensar que la aparición del personaje podría darse de forma muy amenazante. Después de todo, como hemos indicado, podría tratarse del ente que mantiene en movimiento al 'Dragón', así que de producirse su reaparición con muy poca probabilidad se daría esta bajo un tinte pacífico.
Así pues, no queda ya más que esperar una sola semana para descubrir el desenlace final de Tokyo Ghoul: Re. Con los alrededores de Tokio aparentemente bajo control, lo único que queda por ver es si Kaneki logra destruir el 'Dragón' pasando antes por encima de Furuta. A su vez, esperemos que ya finalmente se dé la aparición de Rize, aunque dados los dos sucesos de relevancia que parecen quedar aún pendientes -y el poco tiempo hábil por capítulo-, es realmente difícil imaginar cómo desde Studio Pierrot lograrán sellar todo como se debe.
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