Final Fantasy VII es un juego que muchísimos jugadores llevamos en nuestro corazón desde hace 23 años. Un título que marcó una época, un género, y sembró una semilla que floreció en Square Enix con la era dorada de la franquicia. Pues, sin entrar en debates absurdos, las siguientes obras también fueron un hito dentro de la industria. Pero la marca japonesa tenía una segunda bala guardada con esta séptima entrega, algo que, aunque algunos pensaban que podía ocurrir, era más un deseo que una realidad factible. El mundo cambió para muchos cuando, en la conferencia de PlayStation del E3 2015, se nos presentó este Final Fantasy VII Remake. El regreso de un mito.
Bienvenido al juego que marcó historia
El desarrollo durante todo este tiempo no ha sido fácil para ninguna de las partes. Por un lado, por las críticas que recibió el título por haberse enfocado en el formato episódico, hecho que hoy vendremos a defender, y también por todo el tiempo que ha habido que esperar desde su anuncio, con retraso incluido. El coronavirus hizo temer por su lanzamiento pero, finalmente, y gracias al adelanto de sus copias físicas, nadie tendrá que esperar más para volver a ver a Cloud, Tifa y compañía en pantalla.
Un regreso que, además, ha estado acompañado de mucha magia. Por experiencia propia y por la que me han comentado mis compañeros de redacción, la sensación de vivirlo nuevamente es muy especial tanto para los que ya jugaron a la creación original como a los que están dispuestos a introducirse por primera vez. En los primeros, como ya veréis o estaréis viendo, se crea un aura nerviosa fruto de la tensión o el deseo de ver que nuestros recuerdos no se han magnificado con el tiempo y sigue siendo la obra de arte de la que nos enamoramos. Los segundos, tensos ante un juego que todo su entorno lleva años encumbrando como la octava maravilla. Ponerse delante de este juego es algo bonito y difícil de explicar.
El momento antes de empezar Final Fantasy VII Remake tras tantos años es algo mágico que todo fan debería intentar guardar para el recuerdo.
Enfocar este análisis tampoco ha sido tarea sencilla, pues el título es mucho más amplío y profundo de lo que quizás muchos están esperando. Aunque se ha dejado de lado la jugabilidad por turnos y no, el modo clásico no es un modo por turnos; lo cierto es que, como prometieron, en este remake se ha aprovechado para añadir nuevo contenido, para profundizar más donde hacía falta y para abarcar mucho más que nunca en todos los aspectos.
La Corriente Vital (Historia)
En la antigüedad, Gaia era el hogar de una raza conocida como los Ancianos; milenios antes de que se descubriera el mako, estos antepasados ya hacían uso de él. De alguna forma, los Ancianos advirtieron la existencia de esta fuente de energía en el interior del planeta. A raíz de ese descubrimiento, los Ancianos aprendieron a encauzar la energía del planeta y subyugarla a su voluntad; es como hoy se conoce a las materias.
Antes de empezar a hablar de Final Fantasy VII: Remake hay que comprender lo que es el mako, o energía mako. En Final Fantasy VII nos presentan a Gaia como un ente capaz de decidir lo que es mejor para la supervivencia del propio planeta. Tanto es así que la Corriente Vital se compone de espíritus o almas de los que han fallecido, creando seres nuevos en consecuencia, haciendo que haya un flujo de vidas que se renuevan de forma constante.
La corriente vital se manifiesta a través de la energía mako y cuando ésta se solidifica con el transcurso de los años, se obtiene aquello que llamamos materias, que otorgan habilidades especiales a los habitantes de Gaia, porque no es ni más ni menos que todo el conocimiento que transporta la Corriente Vital desde que los Ancianos, o Cetra, habitaban el planeta. Con el paso de los años, el avance científico y tecnológico se había hecho palpable en Midgar, gracias al uso y explotación de la energía mako del interior de Gaia.
"Cuando la energía mako que fluye por la curriente vital se vuelve sólida se convierte en materia"
Midgar es una metrópolis nacida de la energía mako por parte de la empresa y dueña de la ciudad, Shinra Electric Power Company. Aunque Shinra en realidad es mucho más que una mera compañía eléctrica, ya que controla y es dueña todo el territorio de Midgar. Es posible gobernar Midgar de manera eficiente, ya que tienen la ciudad dividida en ocho sectores en el que cada uno de ellos tiene su propio reactor desde donde se extrae la energía mako directamente del interior de Gaia y la transporta al centro del círculo que comunica con los ocho sectores. En el círculo se eleva una enorme estructura conocida como edificio Shinra, donde se canaliza la energía mako extraída por los reactores.
Gracias a la energía mako, Midgar es una ciudad próspera, tanto, que es considerada como la más avanzada del planeta en cuanto a tecnología, por lo que sus ciudadanos la conocen como "la ciudad que nunca duerme" ya que está constantemente iluminada por esos enormes reactores que extraen energía mako y emiten un destello de luz similar al que es capaz de ofrecernos el sol.
La energía mako proporciona a los habitantes de Midgar la tranquilidad de tener siempre el recurso eléctrico a un precio muy bajo y, además, Shinra es capaz de proporcionar empleo a todos los habitantes de cada uno de los sectores. Aunque, como en todas las ciudades, hay empleos mejor cualificados y por tanto mejor remunerados, aunque también existen otros con peores condiciones.
Por este hecho Midgar, aparte de estar dividida en ocho sectores, tiene dos zonas en cada sector; la parte alta de la placa donde viven personas de alto poder adquisitivo o con puestos importantes dentro de Shinra, ya sean Soldado, miembros del ejército, trabajadores del edificio Shinra o directivos. Las personas menos favorecidas son aquellas que viven debajo de la placa, en lo que se conoce como las barriadas. Dentro de estos suburbios nunca se puede ver la luz del sol ni notar los cambios climatológicos, ya que es una fortaleza complétamente cubierta, lo que provoca que ni las flores crezcan en ese lugar.
Conscientes de este hecho, los habitantes de estos suburbios se resignan a unas vidas mundanas y de menor calidad, aunque en parte cómodas por lo que ofrece la energía mako a un precio irrisorio. En el Sector 7 de Midgar existe una organización eco-terrorista conocida como Avalancha que no está de acuerdo con las prácticas de la compañía eléctica Shinra.
En Avalancha sostienen que Shinra está agotando los recursos que mantienen con vida a Gaia por la extracción masiva de energía mako, por lo que el planeta está sufriendo y, tarde o temprano, terminará muriendo. La intención de Avalancha es sabotear y destruir cada uno de los ocho reactores que componen la ciudad de Midgar para evitar que se siga haciendo un uso indebido de la energía mako.
La acción nos lleva al primer sector, donde se reúne Avalancha para plantar una bomba en el reactor y acabar con la extracción de energía mako. En este momento nos presentan a los integrantes de la organización eco-terrorista, entre los que se encuentran: Biggs, Wedge, Jessie, Barret y un mercenario contratado para la ocasión, Cloud Strife, ex-soldado de primera clase de la unidad más poderosa del ejército de Shinra, Soldado.
Ecos del Destino (Narrativa)
A diferencia de la entrega original para la primera consola de Sony, en Final Fantasy VII: Remake nos cuentan únicamente los sucesos acaecidos en el territorio de Midgar. Según el equipo de desarrollo de Final Fantasy VII: Remake, esto es lo que querían haber hecho realmente en el título original, pero las limitaciones técnicas del momento se lo impidieron; es por ello que ha sido ahora cuando han decidido ejecutar un revisionado a la actualidad de la historia que nos dejó Final Fantasy VII.
En resumen, nos vamos a encontrar con todos los acontecimientos que sucedían en el juego de 1997 pero con mucho más detalle, mimo y, sobre todo, duración. Cada evento que tenía lugar en la antigua Midgar, en Final Fantasy VII: Remake se transforma en una trama de horas, cada una de estas tramas se divide en un capítulo distinto, con su inicio, desenlace, final y preparatorio para el siguiente capítuloen un total de 18 capítulos.
Al estar la historia mucho más extendida, Square-Enix permite que profundicemos más con cada personaje que conocemos, dándonos su perspectiva y narrando sus raíces para dar contexto a todo lo que sucede, sobre todo a los propios miembros de Avalancha. Descubriremos por qué están luchando contra Shinra en lugar de vivir una vida tranquila y plácida, algo que en el título original se explica de forma vaga.
Después de destruir el primer reactor llegamos al Sector 7, a la base de Avalancha, situada en un bar llamado Séptimo Cielo que regenta Tifa Lockhart, integrante también del grupo eco-terrorista y amiga de la infancia de nuestro protagonista, Cloud Strife. Una vez nos encontramos en el Sector 7, Final Fantasy VII: Remake nos abre un amplio abanico de posibilidades; mientras que en Final Fantasy VII original las barriadas del Sector 7 son un mero trámite que no alcanza la media hora de duración, en Final Fantasy VII: Remake es como un pequeño pueblo lleno de vida en el que podremos interactuar con los habitantes, que nos contarán sus inquietudes y además nos ofrecerán misiones secundarias.
En Final Fantasy VII: Remake las misiones secundarias son un pilar imporante del título, ya que nos permiten obtener objetos y materias que nos ayudarán a continuar nuestra aventura. Como en todos los juegos del género, las misiones secundarias no descubren nada nuevo, ya que se trata de las arquetípicas: buscar un objeto, encontrar a alguna persona, eliminar a algún enemigo etc. Aunque en este aspecto hay que romper una lanza a favor dentro de Final Fantasy VII: Remake, pues consigue hacerlas divertidas (algo que en muchos juegos se hace tedioso), gracias sobre todo a que, además de la recompensa por nuestro buen hacer, al completarlas nos ofrecen un poco más del mundo de Final Fantasy VII: Remake a través de las historias de cada uno de los personajes a los que ayudamos.
"Las misiones secundarias, aunque no implican un antes y un después en el género, son bastante divertidas y, además, nos permiten profundizar en la trama".
Según nos cuenta Final Fantasy VII: Remake, el destino de cada persona que habita en Gaia ya está definido por el propio planeta, por lo que es imposible luchar contra él. Gaia se manifiesta a través de unos entes que se asemejan a fantasmas; se denominan Ecos y hemos podido verlos en muchos tráilers que han ido publicando desde Square-Enix.
En el Final Fantasy VII original, el destino impuesto por el planeta también estaba presente, aunque no en forma de estos Ecos sino que sentías que Gaia te guiaba de una forma en la que tú no eras consciente. Pero, en Final Fantasy VII: Remake, lo han querido plasmar de manera palpable para que no se torne confuso al jugador, como en su día les pasó a muchos de los que completaron la aventura original en la primera PlayStation.
Quienes jugaron al Final Fantasy VII clásico pueden entender a los Ecos como un hecho demasiado explícito al materializar al "destino" en forma de estos fantasmas en lugar de dejar a la imaginación y entendimiento del propio jugador el funcionamiento de la trama de Final Fantasy VII: Remake, pero esta circunstancia ayuda a poder entender mejor la historia que realmente nos quiere contar Square-Enix.
Cómo hemos mencionado antes, desde Square-Enix han decidido variar algunos momentos para darle más contexto a la trama que quieren contar, pero sobre todo en el último capítulo del juego, es donde más cambios podemos ver en este sentido, quizás en algunos momentos asimilándose a la saga Kingdom Hearts tanto para lo bueno como para lo malo. Si bien es cierto que no rompe la coherencia del juego en sí y que FinalFantasy VII: Remake siempre es consciente de respetarse a sí mismo y a la entrega original. La realidad es que no hace falta hacer el argumento más enrevesado de lo que era originalmente.
Quizás la intención de Tetsuya Nomura y la del resto del equipo era la de crear un escenario espectacular para mantener la expectación hacia la próxima entrega y es por ello que la obra se gusta tanto a sí misma justo cuando está cerca de su desenlace. Final Fantasy VII: Remake tiene una duración adecuada, en la media del género JRPG; alrededor de unas 30 o 35 horas yendo directo a por la trama principal sin tener en cuenta los encargos secundarios y sobre las 45 horas completando todo lo que el título nos ofrece de principio a fin.
En este endgame nos ofrecerán la oportunidad de completar la experiencia al cien por cien, recogiendo los coleccionables y objetos que hayamos perdido en primera instancia, completando las misiones que hayamos dejado a medias y descubriendo las nuevas tareas, algunas de las cuales están disponibles sólo en el modo difícil y que se desbloquearán tras poner fin a nuestro primer recorrido.
"La historia de Final Fantasy VII: Remake respeta los acontecimientos del clásico y además le añade nuevo contenido totalmente coherente con sus raíces, hecho que enriquece mucho más el universo"
Junto a todo lo anterior, Final Fantasy VII: Remake nos desbloquea una nueva dificultad: el modo difícil que se suma así a los modos clásico, fácil y normal que tendremos disponibles la primera vez que iniciamos nuestra partida. Para conseguir todos los trofeos de Final Fantasy VII: Remake es necesario completar todos y cada uno de los dieciocho capítulos en esta nueva dificultad. Este nivel no nos permitirá usar objetos en combate ni recuperar puntos de magia en los lugares de descanso y, además, la dificultad de los enemigos se eleva de forma exponencial.
Es evidente que el desenlace de Final Fantasy VII: Remake está concebido pensando en la secuela que vendrá en los próximos años, en la que nos queda todo un mundo que descubrir más allá de los muros de la metrópolis de Midgar, donde deberemos intentar escapar al destino que parece estar ya escrito por el planeta Gaia.
Ex-Soldado de Primera Clase (Combate)
Uno de los aspectos que más quebraderos de cabeza ha llevado a los miembros de Square-Enix ha sido la tarea de trasladar el sistema de combate del Final Fantasy VII clásico al Final Fantasy VII: Remake, ya que una conversión idéntica se hubiese considerado anticuada para lo que la tecnología ofrece a día de hoy, pero a su vez, se debía mantener la esencia de la obra original, porque uno de los pilares que sostienen al título, sin duda, es su sistema de combate en el que, por supuesto, se incluye el uso de materias.
Según Yoshinori Kitase, productor de Final Fantasy VII: Remake, en las versiones del juego que se pudieron probar en el E3, el sistema de batalla iba a prescindir por completo del menú táctico en combate, centrándose solo en la acción y, para realizar ataques especiales o magias, habría que recurrir a los atajos en controles o menús en tiempo real como si se tratara de Final Fantasy XV o Kingdom Hearts. Algunos fans mostraron su descontento hacia el equipo de Square-Enix por la diferenciación tan sustancial con el título de hace más de veinte años. Por este motivo desde la compañía nipona decidieron incluir el modo clásico, que consiste en ralentizar de forma acusada el combate; gracias a esto podremos realizar las acciones de una forma más meditada.
Evidentemente, si tanto en exploración como en trama Final Fantasy VII: Remake sufre cambios, el combate no iba a ser menos. Si bien, en la obra original, aunque los personajes se nos presentaban con unas determinadas funciones, nosotros podíamos elegir qué rol darles en combate. Cloud se nos presentaba como un guerrero donde su poder se concentra en los ataques físicos, pero nosotros teníamos la capacidad de cambiarle de rol y convertirlo en el mago principal del grupo. En Final Fantasy VII: Remake estos roles están mucho más definidos para cada personaje, aunque por supuesto podemos usar nuestra estrategia favorita a través de las materias.
Cloud es un personaje que porta una espada gigantesca que se especializa en combate a corto y medio alcance y, como cada personaje, posee una habilidad única que se activa pulsando el botón triángulo de nuestro mando. La habilidad de Cloud, Cambio de Modo, nos permite alternar entre dos estilos de lucha diferentes. Normalmente empleamos el modo sagaz, pero podemos cambiar al modo ofensivo usando triángulo. En el modo ofensivo, el ataque de Cloud aumenta en detrimento de su movilidad. Además, si nos defendemos con éxito de un ataque cuerpo a cuerpo, podemos contraatacar de inmediato.; sin embargo, si esquivamos un ataque o hechizo enemigo, cambiaremos automáticamente al modo sagaz.
"Debemos estar atentos a las condiciones del combate para elegir de forma adecuada el modo que más nos beneficie en cada momento"
Barret se especializa en ataques a distancia y nos permitirá eliminar a enemigos que están fuera del rango de las armas de corto alcance, como las de Cloud o Tifa. Es ideal mantener a Barret en la retaguardia, más apartado de la acción, para aprovechar al máximo la ventaja que le proporciona su rango a distancia.
A diferencia de Cloud, pulsando triángulo mientras manejamos a Barret podemos usar su habilidad Estallido; ésta realiza un disparo violento y rellena mucho la barra de BTC. El hándicap que tiene este poderoso ataque es que tardará un tiempo en recargarse para poder volver a usarlo, pero podemos pulsar triángulo para reducir el tiempo de espera. La barra de Batalla en Tiempo Continuo sigue estando presente como en el Final Fantasy VII clásico aunque, en esta ocasión, además de rellenarse con el paso del tiempo, también aumenta al realizar ataques en tiempo real pulsando el botón cuadrado o triángulo o si recibimos daño por parte del enemigo.
Los segmentos cargados de la barra de BTC los podemos emplear en ejecutar habilidades, magias, usar objetos o invocaciones. Está compuesta de dos segmentos, puesto que algunas de las habilidades más poderosas requerirán del uso de las dos para poder ejecutarlas en combate; debemos tenerlo en cuenta a la hora de elaborar una estrategia si no queremos quedar expuestos ante los ataques de los enemigos.
Atacar al enemigo de forma constante con el botón cuadrado, protegernos de los ataques enemigos para reducir el daño recibido poniéndonos en guardia mediante el botón R1, o evadir los ataques haciendo una esquiva con el botón círculo son acciones que no consumen segmentos de la barra BTC y que podemos realizar durante todo el combate a nuestro libre albedrío.
Cómo hemos mencionado, gracias a la barra de batalla en tiempo continuo, podemos ejecutar varios comandos, entre ellos las habilidades especiales de cada personaje que están disponibles en el menú de acciones y que varían según el arma que tengamos equipada. Podemos conseguir la habilidad de forma permanente independientemente del arma que tengamos equipadas si conseguimos elevar al máximo el nivel de pericia con ese arma.
Para logar el 100% de pericia con un arma deberemos cumplir una serie de requisitos que nos fijarán y que podemos consultar en el menú de mejora de armas. Por ejemplo, la espada de hierro de Cloud que obtenemos a partir del segundo capítulo nos otorga la habilidad Espiral Segadora y ésta la podremos adquirir, de forma permanente, si elevamos su pericia al máximo, con el requisito de acertar a tres o más enemigos mediante esta habilidad.
Las armas del arsenal se pueden mejorar desde la opción de menú Mejoras de Arma; una vez estemos en su interior veremos los puntos de arma (PA) máximos, cifra que aumenta a medida que el personaje sube de nivel. Estos puntos de arma (PA) los podemos emplear para desbloquear mejoras y optimizar el rendimiento del arma en combate. Cada arma cuenta con sus propios puntos, por lo que es recomendable gastarlos todos para recibir mejoras.
Con las mejoras de armas obtenemos bonificaciones pasivas permanentes, lo que quiere decir que no tendremos que activar nada más una vez gastemos los puntos de arma. Las mejoras que recibimos en su mayor parte serán en los parámetros y atributos del personaje, como aumentar el ataque físico, los puntos de vitalidad o puntos mágicos. También está la opción de activar la mejora automática de armas para que sea el propio juego el que decida qué mejoras son más ventajosas según la táctica que seleccionemos: ofensiva, defensiva o equilibrada; aunque consideramos que es mucho mejor usar la opción de activación manual.
Para conseguir puntos de arma (PA) hay que aumentar el nivel de personaje. En consecuencia, el arma equipada también subirá de nivel que, cuanto más alto sea, más opciones de mejora verá desbloqueadas.
"Una importante novedad en Final Fantasy VII: Remake es que podemos mejorar nuestras armas para obtener mejores atributos y nuevas habilidades"
Por supuesto, durante las distintas fases de la aventura, podremos adquirir nuevas armas para cada uno de los personajes, ya sea a través del devenir de la propia trama o adquiriéndolas en tiendas; también están disponibles en misiones secundarias o cumpliendo ciertos objetivos o requisitos.
Del mismo modo se consigue el equipo de protección o los acceserios, que al igual que las armas, te proporcionan diferentes mejoras de atributos y/o características especiales. Por ejemplo, un accesorio llamado Colgante Estelar te protege del estado veneno durante el combate.
Cuando la energía mako se solidifica... (Materias)
Cada arma o pieza de protección tiene disponibles distintas ranuras para materias para poder colocar las que vayamos adquiriendo en nuestra aventura. Es fundamental hacer un uso preciso de ellas para poder elaborar una buena estrategia en combate con cada uno de los personajes, sobre todo a la hora de difinir roles.
Es conveniente que, durante la batalla, que se compone de tres personajes, tengamos a uno de ellos para realizar ataques físicos que provoque grandes daños, por ello es mejor equiparle materias acordes a este rol. También es imprescindible que tengamos a un aliado dedicado a la magia curativa y ofensivo, el primer aspecto para evitar que nuestro equipo caiga en combate y el segundo para aprovecharnos de las debilidades del enemigo. En cuanto al tercero, un equilibrio entre ambos, que sirva bien de apoyo al que está atacando cuando la acción lo precisa, o curarnos y ponernos a la defensiva cuando estemos en apuros.
En Final Fantasy VII: Remake tenemos disponibles cinco tipos de materia:
Materias mágicas: Al equiparnos con estas materias de color verde, nos permiten usar magias durante el combate. Por ejemplo, la Materia gélida nos permite usar magia del elemento frío, como el hechizo Hielo.
Materias de habilidad: Éstas, de color amarillo, nos otorgan el poder usar habilidades especiales y únicas durante la batalla, por ejemplo, con la Materia análisis podemos ver todas las caracterísitcas de un enemigo, incluyendo sus puntos de vida (VIT), resistencias, vulnerabilidades, objetos disponibles para robar y los objetos con los que nos pueden recompensar tras el combate.
Materias de apoyo: Su color azul nos indica que sirven para modificar o potenciar la materia con la que la hayamos vinculado. Por ejemplo, gracias a la Materia elemental equipada en un arma podemos hacer daño del elemento con la que la hayamos vinculado y si la hemos equipado en una protección, nos otorga resistencia a ese elemento.
Materias especiales: Estas materias de color fucsia, por lo general, actúan de forma pasiva, es decir, cuando las tenemos equipadas nos otorgan alguna característica beneficiosa. Por ejemplo, la Materia de experiencia nos ofrece un 100% más de puntos de experiencia tras finalizar los combates.
Materias de invocación: Estas poderosas materias se nos presentan en un tono rojo y sirven para llamar como aliados en combate a unos poderosos seres. Además, al llevarlas equipadas en un arma, nos ayudan a mejorar los atributos del personaje. Estas materias actúan de forma diferente, ya que no podemos usarlas en todos las batallas, sólo en aquellas que el juego las considera un desafío importante.
En el fragor de la batalla las invocaciones están presentes durante un tiempo limitado y nos ofrecen dos habilidades distintas que podremos usar consumiendo segmentos de la barra BTC de cualquier personaje. Antes de desaparecer, la invocación realiza un poderoso y único ataque especial que provoca grandes daños en el enemigo.
Todas las materias pueden subir de nivel (a excepción de las que ya se encuentren a su máximo nivel), obteniendo puntos de habilidad (PH) cada vez que derrotamos a un enemigo, obteniendo puntos de experiencia que contribuyen a que mejoren sus efectos. Por ejemplo, la Materia de Curación tiene hasta cuatro niveles: Cura, Cura+, Revitalia y Cura++, por supuesto, el gasto de puntos de magia (PM) se incrementa cuanto más poderoso es el nivel, pero podemos seleccionar la intensidad del hechizo para adecuarnos a la situación.
"Los fans del Final Fantasy VII clásico están de enhorabuena, ya que el sistema de materias proporciona la misma o más profundidad que en la entrega original"
El sistema de materias es un tanto complejo en sus inicios, al menos hasta que, durante el desarrollo de la trama, le vamos cogiendo el manejo, ya que nos ofrece una infinidad de posibilidades según la combinación de materias que hagamos en nuestro inventario. Al poder equiparlas y desequiparlas en cada momento que podamos acceder al menú principal, nos deja abierta la posibilidad de establecer estrategias dependiendo del enemigo al que tengamos que hacer frente.
"Mira a Rompe-Aire, el soldado del tecno" (Bosses)
Las batallas contra enemigos finales, sin duda, están elaboradas a conciencia y suponen un verdadero reto todas y cada una de ellas, a diferencia del clásico Final Fantasy VII, en el que sólo unos pocos enemigos te ponían realmente en apuros. En Final Fantasy VII: Remake es más que probable "oler de cerca" a la muerte contra cada jefe.
Final Fantasy VII: Remake nos presenta una amplia lista de jefes a los que deberemos hacer frente, cada uno con sus características y habilidades únicas que, tomando el ejemplo de la franquicia Dark Souls, cuanto más bajemos sus puntos de vitalidad, entran en una nueva fase y se vuelven aun más peligrosos, cambiando por completo su táctica de combate, lo que nos llevará a plantear una nueva estrategia si nos queremos llevar la victoria.
Según el equipo de desarrollo de Square-Enix, han planteado los combates contra estos poderosos enemigos siguiendo la estructura de un manga japonés de cuatro viñetas:
Planteamiento. En esta primera fase nos presentan al enemigo y ya nos podemos hacer una idea, viendo su aspecto, de cuáles van a ser sus características y habilidades en combate. Es el momento de comenzar la acción.
Medio. En esta segunda fase nuestra misión es buscar la mejor estrategia para vencer al poderoso enemigo; hasta que logremos alcanzar el éxito en nuestras trácticas, el jefe comenzará a sacarnos ventaja puesto que él sí conoce nuestras debilidades.
Desarrollo. Una vez hayamos conseguido infringir daño a nuestro adversario, éste enfurecerá y mostrará una versión mucho más devastadora, cambiando por completo su estrategia, por lo que el daño que realizan sus habilidades y ataques se incrementará de forma exponencial.
Conclusión. Durante la fase número cuatro del combate ya habremos localizado nuestra estrategia ideal para dar fin al jefe final. Cuando logremos derribarlo, en la mayoría de ocasiones, nos mostrarán una escena que servirá como nexo entre tramas para conectar las distintas partes de la historia.
Los combates contra jefes se sienten bien distintos entre sí, por lo cual cada uno de ellos es único y deberemos usar una estrategia diferente en consecuencia, cambiando las materias para adaptarnos a lo que Final Fantasy VII: Remake nos presenta. La clave es buscar las vulnerabilidades del jefe, haciendo un primer análisis del enemigo gracias a la materia creada para ello; los enemigos comunes también son susceptibles a la vulnerabilidad. Cuando se llena al máximo la barra de vulnerabilidad, que es la que se encuentra justo bajo su barra de vida, queda vulnerable a los ataques, por lo que resultan mucho más efectivos que normalmente; ese es el instante en el que debemos ejecutar nuestras habilidades y magias más poderosas.
La barra de vulnerabilidad de los enemigos se llena cuando les golpeamos e infligimos daño, aunque en algunos casos es necesario atacar sus puntos débiles para empezar a fatigarlos; cuando veamos la palabra "Fatigado" sobre el enemigo, es porque estamos realizando las acciones correctas, por lo que debemos seguir realizando la misma acción para conseguir que el enemigo entre en estado de vulnerabilidad.
Cuando llevemos la fatiga del enemigo al extremo, que significa llenar la barra de vulvenaribilidad, el enemigo no podrá defenderse de tus ataques y recibirá mucho más daño. Además, al conseguir quitar más vida a tu rival, los segmentos de la barra BTC de tus personajes se llenarán mucho más rápido al usar habilidades.
Cuando un enemigo entra en el estado de vulnerabilidad, además de llenar más rápido la barra BTC usando habilidades, también se llena más rápido el comando de Límites, el cual solo se carga de esta forma recibiendo daño o equipando materias especiales. Una vez realizadas estas habilidades, consumen por completo la barra de límite.
"En las batallas contra jefes finales, sin lugar a duda, deberemos elaborar antes una buena estrategia de combate si no queremos morir"
Los límites permiten al personaje realizar habilidades extraordinariamente podersosas, por ejemplo, Corte Cruzado es el límite de Cloud y consiste en asestar una serie de poderosos cortes que llenarán mucho la barra de vulnerabilidad del enemigo objetivo. Viento Sanador es el nombre del primer Límite de Aeris y su efecto consiste en restablecer bastante la vitalidad a los miembros del grupo. En la aventura original de Final Fantasy VII cada personaje poseía un amplio abanico de límites, pero en Final Fantasy VII: Remake contamos con sólo dos por personaje, que podremos intercambiar desde el menú.
El segundo límite de cada personaje lo conseguiremos en el coliseo de Mercado Muro haciendo combates especiales. Estos nuevos límites son más poderosos que los de primer nivel, pero el hándicap que poseen es que reducen mucho el tiempo de carga de la barra de límite; podemos mejorar esto equipando materias y usando objetos especiales.
Como en toda la franquicia Final Fantasy, los objetos son una parte muy importante del universo y a diferencia del resto de la saga, en Final Fantasy VII: Remake no se pueden usar objetos fuera de combate, tales como pociones, éteres, elixires, etc. Es necesario consumir un segmento de la barra BTC para poder usar un objeto, que serán esenciales en tu aventura.
Los objetos para usar en combate los podremos encontrar en tiendas, cajas, cofres, robarlos a los enemigos, como botín tras vencer, etc, por lo que es importante aprovecharse de las ofertas especiales que nos ofrecen de vez en cuando algunas tiendas y máquinas expendedoras, porque en el último capítulo será esencial llevar los mejores objetos que tengamos a disposición.
En general, el combate de Final Fantasy VII: Remake supone una combinación de la mejor parte que nos ofreció el sistema de lucha de Final Fantasy XV en consonancia a lo que en su momento aportaba Final Fantasy VII para la primera PlayStation.
"El sistema de combate de Final Fantasy VII: Remake es excepcional; un perfecto homenaje y, sobre todo, una obra de respeto a la creación original de 1997 por parte de Square-Enix"
Aunque haremos centenares o quizás miles de combates en el transcurso de la aventura, nunca se hacen repetitivos y siempre resultan muy satisfactorios. Cada enemigo puede ponerte en apuros justo cuando piensas que el combate está decidido antes de empezar.
Cambiar un género sin cambiar la esencia (Jugabilidad)
No podían pasar 23 años y esperar que Square Enix se hubiera limitado a ofrecernos el mismo juego pero con los gráficos de hoy en día. La compañía japonesa ha evolucionado en todo este tiempo y sería hasta injusto no dejarles mostrar todo lo que han aprendido con los años para poder imprimirlo en su obra magna. Era el momento de crecer, de evolucionar y, por qué no decirlo, de corregir algunos errores del pasado.
Midgar ha cambiado, los escenarios son los mismos de la obra original, pero ampliados hasta el punto de tener un concepto semiabierto que nos permite, en muchas ocasiones, alternar entre misiones principales y secundarias. Podemos movernos con Cloud por escenarios infinitamente más amplios a los de entonces, a veces alargados hasta de forma innecesaria, pero que sin duda disfrutaremos durante toda la aventura. No obstante, es en este punto donde la entrega muestra sus únicos problemas, primero porque el movimiento del protagonista, pese a adecuado y efectivo, por efecto de la cámara, peso del personaje o una mezcla de ambas, hace que la exploración sea complicada en zonas estrechas. Algo provoca que el control de Cloud no sea tan cómodo como en otros títulos del mismo género. A eso hay que sumar que el mapa y los menús resultan algo complejos de usar, especialmente en las primeras horas de juego y, aunque el producto acompaña siempre gran parte de las opciones con útiles tutoriales, movernos por la interfaz nos puede suponer un agobio durante los primeros compases de la travesía.
A lo largo de nuestro largo paseo por Midgar, encontraremos muchas actividades que realizar y que deberíamos realizar pues, no nos engañemos, aunque FF7 Remake no sea un RPG por turnos, seguirá siendo igual de necesario farmear, reunir objetos y subir de nivel para poder hacer frente a los enemigos más poderosos. Aunque su nuevo sistema de juego puede engañarnos, no debéis caer en el error de explorar, buscar cada cofre del mapa y de preparar bien cada batalla. De esta forma, las misiones secundarias, aunque siguen el típico esquema de completar recados, a veces introducen y dan conceptos nuevos que ayudan al desarrollo de la historia principal. Estos objetivos secundarios tampoco son excesivos y resultan casi necesarios si queremos empaparnos bien de lo que el juego quiere ofrecernos.
Junto a estas misiones, vuelven también los clásicos minijuegos con los que pasar el rato cuando, quizás, solo queramos descansar de la acción, saciar nuestras ansias de superación o simplemente obtener los trofeos que aportan la mayoría de ellos. Todos estos detalles son los que nunca faltan en estas entregas y, una vez más, se agradece que permanezcan presentes en la entrega actual.
La ciudad en la que no falta la luz (Gráficos)
Gráficamente, este Final Fantasy VII Remake es sorprendente. El juego luce unos gráficos fotorrealistas que sacan el mejor partido de escenarios y que crean unas escenas que difícilmente hemos visto en otro videojuego. La iluminación y las localizaciones lucen a un nivel extremadamente alto. Obviamente, el sistema para el que está desarrollado el juego ya tiene sus carencias y presumir tanto por un lado hace que se destapen problemas por otro. Muchas texturas y algunos personajes no tienen los mismos acabados que presentan los mencionados efectos. Aun así, tampoco es algo que afecte negativamente, pues a nosotros en ningún momento nos ha sacado de la acción ningún problema gráfico; más bien, todo lo contrario.
En los combates, los efectos gráficos también lucen su mejor cara, ya que la iluminación y el sistema de partículas introducido para explosiones, chispas, magias e invocaciones hacen que vivamos unos espectáculos de luces realmente asombrosos. Sin duda, el juego se ha adaptado a la perfección al hardware, y habrá que ver lo increíble que pueden ser futuras partes si ven la luz en PS5.
Los efectos que provoca el tratamiento de la luz en FF7 Remake lo convierten en un juego gráficamente increíble
El diseño de personajes y escenarios partía con la base que sembró la entrega principal pero, claro, el paso de los años ha provocado que Square Enix tuviera un material limitado al respecto porque, aunque los conceptos existen, hasta un punto definían el aspecto final de cada personaje. El trabajo que se ha realizado para determinar a los personajes y dotar de vida a sus expresiones es sencillamente excelente. Aunque Cloud sea la persona más tiesa e inexpresiva del mundo, también hay que hacer que eso se transmita al usuario, cosa que han logrado a la perfección. Entender a Cloud es, ahora, por ejemplo, mucho más fácil de lo que fue entonces. La compañía hizo uso de una avanzada IA que se centraba exclusivamente en las expresiones de los personajes, y eso es algo que ha sumado muchos puntos tanto a nivel gráfico como de diseño o de la propia narrativa.
El diseño de escenarios sí que sufre la cara más amarga del desarrollo, sumados a los comentados errores en texturas que son más que perdonables. Nos resultó algo molesto que el mapeado no tuviera un poco más de vida y que nos permitiera más margen de maniobra. Es habitual que haya zonas donde se debería poder pasar y que esto no sea posible por problemas que se escapan a la comprensión.
Prelude (BSO)
La banda sonora de la mayoría de entregas de la saga roza la excelencia. Aunque, a nivel personal, en mi cabeza nunca ha dejado de sonar la melodía de introducción de Final Fantasy IX, lo cierto es que esta séptima entrega también cuenta con piezas que son de lo más singulares.
La novedad que ha introducido muy bien este FF7 Remake es que la banda sonora suena de forma gradual, con diferentes intensidades en relación al estado en el que se encuentre el combate o la dificultad del mismo. Si nos fijamos, veremos cómo los temas de combate suenan con más ímpetu cuando la situación lo requiere, y no es la misma melodía plana (entiéndase plana en relación al contexto) durante todo el combate.
Conclusión
Han pasado poco más de veintitrés años desde el lanzamiento de Final Fantasy VII para la primera consola de Sony. En aquel momento, la obra de Squaresoft supuso todo un hito tecnológico recibiendo grandes elogios de la prensa especializada y crítica en general por conseguir ese despliegue gráfico sin igual para el momento, sobre todo en las escenas pre-renderizadas y una banda sonora de composición orquestral por parte de Nobuo Uematsu, que hacía las delicias de todo poseedor de una copia de Final Fantasy VII.
Sin embargo, el poder de la obra de Hironobu Sakaguchi y del equipo de Squaresoft fue capaz de atraer a las masas por su poderosa puesta en escena, pero se quedaron por el transfondo que ofrecía una trama digna de las mejores obras audiovisuales. Ya desde el comienzo, el juego nos presenta una escena de combate contra unos soldados junto con una pieza musical rompedora y una misión: destruir un reactor que suministra energía eléctrica, por lo que nos ponemos en la piel de una organización eco-terrorista llamada Avalancha y, desde ese momento, nos plantea el dilema moral de pensar en si lo que estamos haciendo es lo correcto o no.
Con el transcurrir de los siguientes lustros Final Fantasy VII, que en su día tuvo críticas inmejorables, poco a poco iba consiguiendo establecerse como obra de culto y copar la mayoría de tops al mejor videojuego de la historia. Tanto es así que desde Square-Enix decidieron darle a los fans Final Fantasy VII: Remake y contar la historia con las posibilidades tecnológicas del día de hoy.
Una obra que pasará a la historia si sus próximos capítulos consiguen mantener el nivel
Es necesario entender todo este bagaje para ponernos en contexto que lo que nos ofrece Square-Enix con Final Fantasy VII: Remake es una obra concebida por y para fans, aunque es de envidiar aquellos usuarios que hoy van a conocer por primera vez el mundo que se les abre frente a ellos en una metrópolis como Midgar, que es la que hace veintitrés años estaba escrita y, por fin, la han podido trasladar al videojuego actual de forma exacta a como el equipo de desarrollo quería.
Al igual que la obra original, Final Fantasy VII: Remake cautiva por su espectacular carga gráfica, con unos modelados y diseño artístico que rozan lo máximo que puede ofrecer una videoconsola moderna. En este caso, una PlayStation 4 Pro que se ha mantenido a una resolución de 1440p reescalados y a un ratio de 30 imágenes por segundo de forma totalmente estable. Este hecho demuestra que un debate como los que tenemos hoy día sobre la potencia de las máquinas no es tan importante como el cariño y, sobre todo, trabajo de un estudio de desarrollo por querer conseguir una obra redonda.
Todo aquel que haya jugado al Final Fantasy VII clásico es capaz de reconocer la mayoría de piezas musicales que componen esta magna banda sonora y tanto es así que incluso te trasladan al momento en el cual estaban sonando. Final Fantasy VII: Remake recoge el testigo de Nobuo Uematsu y nos ofrece nuevos temas que sin duda acompasan de forma magistral los arreglos de las piezas de antaño por parte del nuevo equipo de sonido.
Gracias a las posibilidades técnicas, la banda sonora es un sustento fundamental de la inmersión dentro de la obra ya que, en diversas ocasiones, escuchando la misma pieza durante todo un escenario, a través de unos pocos arreglos e incorporación o exclusión de algunos intrumentos, se ajusta a la carga drámatica que ofrece la acción, tanto si es una escena de adrenalina como si se trata de un momento de pesadumbre en la más extrema de las situaciones. Incluso las batallas tienen distintas piezas musicales adaptándose, como antes hemos mencionado, al hilo de trama por el que estemos viajando.
Este nuevo sistema de batalla bebe de lo mejor que ofrecen Kingdom Hearts o Final Fantasy XV, centrando su acción en los ataques básico y poderosos a través de la pulsación repetida de botones pero que, sin embargo, logra transmitir toda la magia del sistema por turnos en tiempo activo del Final Fantasy VII clásico gracias a la incoporación del menú táctico a traves del sistema de batalla en tiempo continuo.
El uso de materias sigue siendo el pilar fundamental que sostiene Final Fantasy VII, en esta ocasión con Final Fantasy VII: Remake, puesto que ofrecen una infinidad de combinaciones diferentes para adaptarlos a la estrategia que más nos convenga en cada situación o que mejor se adapte a nuestra forma de jugar. El sistema de materias requiere muchas horas para conseguir dominarlo por completo, aunque no cabe duda de que siempre nos quedará algo por descubrir.
Final Fantasy VII: Remake logra mantener toda la esencia del título de 1997, pero ampliada. Nos permite profundizar en las relaciones entre personajes dándole un mejor contexto a lo que está sucediendo en la trama principal, consiguiendo empatizar mucho mejor con los personajes, que en muchas ocasiones su paso era éfimero por la aventura original, sin que en ningún momento se sienta irrespetuoso con el juego de Squaresoft, todo lo contrario: todo lo que amplía es para mejor.
Cada evento del Final Fantasy VII clásico, en Final Fantasy VII: Remake se vive como un capítulo entero de casi unas dos horas de duración media por episodio. Un claro ejemplo es cuando llegamos al Sector 5, donde se encuentra la casa de Aeris. La trama nos lleva a cruzar una autopista derrumbada para llegar a Mercado Muro. Mientras que en Final Fantasy VII el recorrido de esta autopista era inferior a cinco minutos, en Final Fantasy VII: Remake es una mazmorra con todas las de la ley; se convierte en una sección que puede durar algunas horas, con sus propios puzles y jefe final de sección. En este sentido todo lo que amplía la trama original lo hace de forma excelsa.
El mínimo "pero" que podemos encontrar a la trama son las misiones secundarias, puesto que muchas son esenciales a la hora de entender ciertos aspectos de la aventura y que, como en todos los juegos del género de rol japonés, acaban siendo las típicas de hacer de recadero, eliminar a un enemigo o conseguir ciertos objetos; aunque una lanza a favor es que las misiones secundarias te las entregan de forma variada, por lo que no tendrás que hacer objetivos similares en un corto espacio de tiempo, por lo que pueden llegar a hacerse entretenidas gracias a la exploración entre zonas.
Si bien es cierto que no es un mundo abierto, contamos con zonas lo suficientemente amplias como para permitir cierta exploración y, en este sentido, hay que ser justo, puesto que Final Fantasy VII nunca fue un juego que permitiera demasiada exploración en los acontecimientos de Midgar.
El desenlace de Final Fantasy VII: Remake es quizás un tanto enrevesado; en este aspecto, quizá tomando lo peor de los Kingdom Hearts de Nomura pero sigue siendo consecuente con la esencia Final Fantasy VII sin romper la coherencia de la historia original. Eso sí, la espectacularidad de los minutos finales de la aventura no tiene parangón en ningún título que hayamos visto hasta ahora en la actual generación. Todo un deleite visual para el espectador, dejándonos con ganas de ver pronto la segunda parte de esta aventura.
Quizás el punto flaco de Final Fantasy VII: Remake sea su contenido una vez finalizada la trama principal y es que se limita a un nuevo modo de dificultad y poder viajar entre capítulos realizando algunas misiones secundarias que se han abierto tras el desenlace.
En consecuencia, teniendo en cuenta que sus aspectos negativos son ínfimos, casi impresenciables y quizás por mera apreciación de quien esté jugando, podemos considerar Final Fantasy VII: Remake como una obra maestra que respeta y ama al título clásico y que se mantiene fiel y coherente con la esencia original de Final Fantasy VII. Si éste es el camino a seguir, pedimos a Square-Enix que lance los capítulos que considere necesarios.
Final Fantasy VII: Remake denota en todo momento que el equipo de Square-Enix, además de encargarse de desarollar la aventura, también son jugadores y aprecian la obra original de Hironobu Sakaguchi, derrochando guiños, cariño y un amor encomiable hacia todo lo que representa Final Fantasy VII. En definitiva, una obra que trascenderá los tiempos.
*Este análisis ha sido realizado entre Juan Linares y Juan Ramón Ufarte.
Final Fantasy VII Remake sigue siendo la obra maestra que era el juego de antaño. El tiempo pasa pero las obras de arte perduran. Square Enix ha sabido evolucionar sin perder la esencia en un juego que, aunque tiene algunos errores, se eleva tanto como una de las mejores propuestas de este 2020 como de la presente generación. Unir pasado y presente no es una tarea sencilla y se ha conseguido incluso de una mejor forma de la que imaginábamos.
Narrativa
Combates
Gráficos
Banda Sonora
Desarrollo personajes
Duración
La magia que desprende desde el inicio de la aventura
Una narrativa que expande y mejora la obra original
Un sistema de combate profundo que no tiene fisuras
El mayor desarrollo que se le ha podido dar a cada personaje
La multitud de opciones que nos aporta Midgar
Misiones secundarias que amplían elementos de la historia
Gráficamente destacado gracias a sus elementos lumínicos
Jugabilidad y escenarios acorde con lo que ha de ofrecer la obra
Respeta y admira la obra original de Squaresoft lanzada en 1997
Las secuencias CGI son realmente espectaculares
Técnicamente explota las posibilidades de PlayStation 4 Pro
El título termina con un desenlace espectacular y por todo lo alto
Algunos aspectos del endgame podrían ser mejores
Las misiones secundarias no innovan, siendo las típicas del género