Alejandro González Iñarritu es un incomprendido. Su última película, 'Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades', es un gran logro del cine mexicano y una de las mejores obras originales de Netflix. Pero pasó desapercibida y pocos comprendieron qué estaba intentando el cineasta con esta especie de 'autobiografía' como artista.
Menos mal que su filmografía es lo suficientemente extensa como para encontrar éxitos sonados. Quizás el más importante fue 'El renacido', pero no nos olvidemos de 'Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia)', una película que reinterpretaba el género de superhéroes con un magnífico Michael Keaton y una mejor Emma Stone.
Sin embargo, hay tres películas en la obra de Iñarritu que merecen toda la atención del mundo: 'Amores perros', '21 gramos' y 'Babel'. Como anoche no sabía que ver en casa, puse 'Babel' en Netflix y volví a comprobar por qué este drama protagonizado por Brad Pitt, Cate Blanchett y Gael García Bernal fue tan bueno en su momento y lo sigue siendo 18 años más tarde
'Babel' es una ambiciosa película ambienada en Marruecos, Túnez, México y Japón. Armados con un Winchester, dos muchachos marroquíes salen en busca del rebaño de cabras de la familia. En medio del silencio del desierto, deciden probar el rifle, sin conocer el alcance de la bala. En un instante, entran en colisión las vidas de cuatro grupos de personas que viven en tres continentes distintos.
Brad Pitt, Cate Blanchett, Gael García Bernal, Kôji Yakusho, Elle Fanning, Rinko Kukuchi y Adriana Barraza son tan solo algunos de los intérpretes que forman parte del casting 'Babel', un reparto multicultural por necesidades de guion para dar vida a personajes de diferentes nacionalidades.
Ante todo, 'Babel' es una película tan densa, que cuesta de digerir. Una vez superado ese prejuicio que todos tenemos hacia el cine complejo, disfrutarás de una cinta que no deja indiferente a nadie. Gracias a un esfuerzo narrativo brillante, salen adelante las historias de 4 grupos de personas que viven a muchos kilómetros de distancia los unos de los otros, en continentes diferentes. Lo sorprendente es que Alejandro González Iñarritu apuesta por un libreto, escrito por Guillermo Arriaga, en el que los silencios son la tónica general. Pocos diálogos, muchas acciones.
Todas y cada una de las historias de 'Babel' son una muestra de la desesperación de sus protagonistas. Quizás sea tan solo la trama ambientada en Japón la que menos me encaja en el 'todo', y pese a todo mantiene un buen nivel durante casi todo el metraje. El resto, perfectas. Sobre todo la ambientada en Marruecos por unos niños que te robarán el corazón y te lo harán añicos.
En una obra de historias cruzadas como 'Babel', siempre hay ciertos giros que parecen metidos con calzador con el único objetivo de cumplir con la visión de su director. Sin embargo, lo que tienen en común todas ellas es la desesperación y la frustración, sensaciones con las que muchos vivimos a diario.
Quizás 'Babel' no sea para todo el mundo, pero la he visto por tercera vez en Netflix y sigo pensando lo mismo. Una película brillante en lo técnico y en lo narrativo, puede que algo pretenciosa, y sobre todo, emocional y desgarradora.
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