Si pensamos en grandes creadores de animación japonesa, seguramente se nos vengan a la cabeza nombres como Hayao Miyazaki, Isao Takahata, Makoto Shinkai o Mamoru Hosoda. Este último está ahora de actualidad porque acaba de estrenar su última película, “Belle”. Dicho largometraje está siendo todo un éxito.
Además de esto, Hosoda está siendo noticia por unas palabras que ha dedicado a Studio Ghibli y a Hayao Miyazaki en una entrevista concedida con motivo del estreno de su nuevo film. Aunque no menciona directamente al estudio ni a Miyazaki, el medio que recoge la entrevista, AFP, sí confirmó la relación.
Hosoda critica cómo representa Studio Ghibli a las mujeres. Según el director, estas se muestran como “una especie de objeto sagrado que nada tiene que ver con la realidad”. También dice que están “infravaloradas, hasta el punto de que difícilmente se las toma en serio”. Esto me parece completamente erróneo, y he preparado este artículo para mostrar que las declaraciones del director no se ajustan a la realidad.
Vaya por delante que no pretendo meterme con Mamoru Hosoda. Es un gran director que nos ha dejado películas muy buenas, como “La chica que saltaba a través del tiempo” o “El niño y la bestia”. Por eso, me sorprende aún más que estas declaraciones las haga alguien que entiende infinitamente más que yo sobre el cine de animación japonés.
A continuación, voy a repasar los principales personajes femeninos de las películas de Hayao Miyazaki en Studio Ghibli, para mostrar así que están muy alejados de la descripición que realiza Mamoru Hosoda.
En “Nausicaä del Valle del Viento” (que por cierto, tiene un manga que cuenta una historia alternativa) nos encontramos con una sociedad que siente verdadero pavor por el Mar de Putrefacción. Nausicaä, nuestra protagonista, lejos de hacer caso a los adultos sobre lo peligroso que es eso, se deja llevar por su curiosidad, lo que le hace descubrir un mundo maravilloso. Además, Nausicaä también se entrega a la ira y la venganza en un primer momento cuando asesinan a su padre. ¿De verdad son tan irreales estas dos actitudes?
Este largometraje también nos presenta a Lady Kushana, la que podríamos considerar la antagonista principal de la película. El miedo que le provoca a esta mujer el Mar de Putrefacción le llevan a idear un plan para acabar con él. Desgraciadamente, esta actitud de intentar destruir aquello que no entendemos también está muy extendida en nuestra sociedad.
“Mi vecino Totoro” está protagonizado por las hermanas Satsuki y Mei Kusakabe, de 11 y 4 años. Como dos niñas que son, siempre están jugando e intentando divertirse. No obstante, esto no impide que estén muy preocupadas por su madre enferma, lo que les hace pasar momentos realmente malos. Desde luego, esta actitud es la adecuada para unas niñas de su edad, por lo que distan bastante de ser objetos sagrados.
Uno de los momentos más destacados de la película es cuando Mei, la hermana menor, se enfada y decide ir a ver a su madre al hospital por su cuenta. Esta no es consciente de las limitaciones de su edad, ni de que no sabrá llegar al hospital. Personalmente, me parece que Miyazaki plasmó aquí con enorme precisión lo que es la rabieta de un niño.
Vamos ahora con “Nicky, la aprendiz de bruja”. Y es que su protagonista, la joven bruja Nicky, es uno de los personajes más profundos de todo el universo de Studio Ghibli. Esta abandona su casa muy joven, solo con 13 años, para iniciar su formación como bruja. Si todo le hubiera ido perfecto, podríamos considerarla un “objeto sagrado”, como dice Hosoda... pero es que no fue así.
Aunque partió de casa con mucho entusiasmo, Nicky pasó un gran bache durante el desarrollo de su aventura (al igual que nos sucede a todos en determinados momentos de la vida). Esto le llevó a perder la confianza tanto en sí misma como en los demás niños de su edad, y le hizo sentirse perdida. Esto dio pie a una trama realmente profunda, y, de nuevo, mostrando emociones muy en sintonía con las que podemos sentir cualquiera de nosotros.
Pasamos ahora a “La Princesa Mononoke” (me dejo Porco Rosso para más adelante). Si hiciéramos un análisis increíblemente superficial de la película, sí que podríamos decir que San, su protagonista, es una deidad, porque vive con la diosa Moro. No obstante, al profundizar mínimamente, vemos como de nuevo estamos ante un personaje muy realista.
San fue abandonada por sus padres y criada por lobos. Aunque pueda parecer que una chica que lleva una extraña máscara y lucha en el bando los espíritus es una deidad, esto no es así. San solo hace lo mismo que cualquiera de nosotros: proteger a la quienes le importan. Vale que la forma en la que lo hace es bastante violenta, pero así es el mundo en el que se ha criado.
Otra de las protagonistas más humanas y realistas de Miyazaki la encontramos en “El viaje de Chihiro”. Esta joven es una niña consentida que no tiene nada de especial. Durante la película vemos como Chihiro saca fuerzas para afrontar su extraña situación por dos motivos. El primero es simple: porque no le queda más remedio si quiere sobrevivir. El segundo, es el gran cariño que siente por Haku.
Y yo os pregunto... ¿vosotros no habéis resuelto situaciones a las que os daba mucho miedo enfrentaros al principio? ¿No habéis hecho algo que pensabais que nunca haríais por alguien que os importa? De nuevo, Miyazaki nos presenta una historia de lo más humana y realista envuelta en una aventura de fantasía.
Pasamos ahora a “El castillo ambulante”. Su protagonista, Sophie, es una joven que tiene una vida que no le hace feliz, aunque sigue en ella porque cree que es su deber. ¿De verdad es esta una situación alejada de la realidad?
Lo que hace que la joven termine feliz son dos cosas. Por un lado, los cambios que llegan a su vida. Por otro, el gran amor que nace en ella por el mago Howl. Vale, en la película aparece un castillo que anda, un fuego que habla y otros elementos fantásticos... pero los personajes son increíblemente realistas y humanos.
“Ponyo en el acantilado”, nos presenta a Ponyo, que, como dice su canción, es una niña pez. Es la hija de la diosa del mar, por lo que esta vez sí que podríamos estar ante una deidad... pero tampoco. La joven pececilla siente una gran curiosidad, algo normal en cualquier niño. Esto le lleva a escaparse para explorar el mar. El azar quiere que durante su pequeña exploración conozca a Sōsuke, por el que desarrolla unos sentimientos realmente fuertes.
A partir de aquí, lo que vemos es el “egoísmo” propio de un niño. Ponyo quiere estar con Sōsuke, y le da igual que a su padre esté a punto de darle algo por ello. Le da igual el riesgo de convertirse en espuma y desaparecer. De nuevo, Miyazaki nos muestra los sentimientos de un niño en estado puro, creando otra protagonista femenina bastante ajustada a la realidad.
Me ha guardado hasta ahora “Porco Rosso” para hacer una comparación con “El viento se levanta”. Ambas películas nos presentan a personajes femeninos que triunfan en un mundo que en teoría es de hombres. Fio (“Porco Rosso”) tiene una gran habilidad con la mecánica de los aviones, y Kayo (“El viento se levanta”) llega a ser una gran médico.
Poco le importa a la primera que le vean solo como una belleza, y la segunda la opinión de su padre: han llegado donde querían sin darle importancia a lo que piensan los demás, y luchando contra ello. ¿De verdad está esto al alcance solo de una deidad?
Además, “Porco Rosso” tiene otra protagonista femenina, Gina. De nuevo, nos encontramos ante un personaje muy realista. Esta mujer es artista y propietaria del Hotel Adriático. Aunque estos dos quehaceres le mantienen muy ocupada, también tiene tiempo para pensar en el amor. Por un lado, recuerda con cierta melancolía a sus tres maridos fallecidos en la guerra. Por otro, piensa en el amor que siente por Porco. De nuevo, no veo nada alejado de la realidad.
“El viento se lavanta” también nos presenta a Naoko, una mujer amante de la pintura que acaba enamorándose y casándose con el protagonista de la película, Jirō. Vale que lo de conocer a alguien de joven y volver a encontrarse años después por azar puede ser un poco fantasioso, pero no veo nada que no se ajuste a la realidad en Naoko. Es una mujer que pone a la persona a la que ama como una de sus prioridades (luego podemos criticar que Jirō le haga poco caso, pero eso ya es otro tema).
Hasta aquí llega el repaso a la filmografía de Hayao Miyazaki en Studio Ghibli. Como podéis comprobar, no se aprecia ninguna de las características que Mamoru Hosoda dice que tienen los personajes femeninos del director.
Pero... ¿qué hay del resto de la filmografía de Studio Ghibli? A continuación, hago un breve repaso del resto de sus películas, en las que tampoco veo rastro de mujeres como “objetos sagrados” que nada tienen que ver con la realidad. Me saltaré Pompoko, ya que supongo que las palabras de Hosoda no iban dirigidas a los tanuki.
“La tumba de las luciérnagas” nos presenta a Setsuko, una niña que, debido a la inocencia de la edad, no entiende absolutamente nada de la guerra. Esto hace aún más demoledor un relato de gran realismo.
“Recuerdos del ayer” nos cuenta la vida de Taeko tanto cuando era niña como ahora, que es adulta. Esta película destaca por su enorme realismo y falta de fantasía. Taeko es una mujer con dudas sobre su futuro y con la que es fácil sentirse identificado. Es una persona completamente normal, por lo que la descripción de “objeto sagrado” no podría estar más alejada de este personaje.
En “Puedo escuchar el mar” conocemos a Rikako. La principal característica de esta chica es su egoísmo. La causa de este seguramente sea los golpes que le ha dado la vida. Sus padres se separaron, y ella no pudo ir a vivir con su padre, que era lo que quería. Cuando se reencuentra con él, ve que tiene una nueva pareja, y que, aunque no ha dejado de querer a su hija, su vida ha evolucionado. Esto no le gusta nada a Rikako. Como podéis ver, estamos de nuevo ante una historia de gran realismo.
“Susurros del corazón” nos presenta a Shizuku Tsukishima. Esta es una chica en la que nace el deseo de desarrollarse y ser mejor gracias a que conoce a Seiji. Que otras personas te inspiren a querer ser mejor es algo de lo más normal. Podríamos considerar a Shizuku un “objeto sagrado” si al escribir su primer libro le hubiera salido “El Quijote”, pero no fue así. El resultado fue una obra imperfecta y con bastantes fallos, una muestra más del gran realismo de esta película.
“Mis vecinos los Yamada” es una película que nos muestra que la vida en familia no es perfecta. Coge todas esas cosas que se alejan del modelo que nos venden, y nos las muestra con un gran sentido del humor. Aunque pueda parecer que es un largometraje cuyo único objetivo es que nos riamos, lo cierto es que al excavar un poco vemos que sus personajes son muy realistas.
“Haru en el reino de los gatos” nos presenta a Haru, que vive una aventura en un mundo plagado de felinos. De nuevo, nos encontramos ante una joven que no es un ser perfecto. Le falta seguridad en sí misma, y es una chica tímida. Esto se aleja de lo que consideraríamos una deidad.
“Cuentos de Terramar” tiene dos protagonistas femeninas: Tenar y Therru. La primera es una mujer que se gana la vida gracias a su pequeña granja y a su negocio vendiendo pociones mágicas. Por el otro lado tenemos a Therru, que ha sufrido bastante. Fue maltratada y abandonada por sus padres. Pese a ello, ha desarrollado un gran amor hacia la vida, gracias a que ahora vive con Tenar. De nuevo, estamos ante personajes muy humanos, con sus luces y sombras.
“Arrietty y el mundo de los diminutos” nos presenta a Arrietty, una joven de la especie de los diminutos. Vive con su familia bajo una casa rodeada de naturaleza. La curiosidad que le despierta el chico nuevo que ha llegado a dicha casa, Shō, lleva nuestra protagonista a hacer algo que no debía: darse a conocer a los seres humanos. Esto hace que su familia deba buscar un nuevo hogar, y Arrietty se siente muy culpable por ello. De nuevo, tenemos curiosidad y culpabilidad, dos características de lo más humanas. Sobre todo la segunda, algo que nunca veríamos en una deidad.
En “La colina de las amapolas” conocemos a Umi Matsuzaki. Esta chica no podría estar más alejada de la acusación de “no tener nada que ver con la realidad”. Es una joven como otra cualquiera que va al instituto, y allí se enamora de un chico. Además, también tiene que lidiar con la dureza de la vida. No termina de superar la muerte de su padre, y echa mucho de menos a su madre, que suele estar fuera por motivos laborales. Por si esto fuera poco, Umi también tiene que ayudar en la gestión de un pequeño hostal.
“El cuento de la princesa Kaguya” nos presenta una situación de lo más curiosa. Y es que los personajes de la película (a excepción de su madre) quieren convertir a su protagonista en una especie de deidad como las que menciona Hosoda, y hacer que pase a formar parte de la realeza. No obstante, el largometraje es la historia de cómo la pequeña Brote de Bambú se revuelve ante esto. No le gusta nada esta idea, no quiere ser princesa. Solo desea vivir la vida tranquila, sencilla y feliz que tenía en la montaña.
La gran protagonista de “El recuerdo de Marnie” es Anna Sasaki. Esta es una joven que comienza la película odiándose a sí misma. Como persona que ha pasado por una situación similar (algo que todos vivimos en mayor o menor medida), admito que me sorprendió la fidelidad con la que esto se plasmó en la película. Así pues, Anna es un personaje muy real, llena de sombras y defectos. No podría estar más alejada de ser una deidad.
En “Earwig y la Bruja”, la última película de Studio Ghibli, conocemos a Earwig. Como el resto de personajes analizados, esta también tiene una buena dosis de realismo y sentimientos humanos. La joven es una niña astuta que crece siendo una consentida en el orfanato, lo que le lleva a creerse mejor que nadie. No obstante, por momentos también sentirá miedo al mudarse a la casa de Bella Yaga y Mandrágora, sobre todo en su primera noche sola.
Y hasta aquí llega mi análisis de los personajes femeninos que protagonizan las películas de Studio Ghibli. Aunque haya algunas mejor desarrolladas que otras, todas me parecen muy humanas. Por ello, como ya he dicho al principio, no podría estar más en desacuerdo con las declaraciones de Mamoru Hosoda.
CONTENIDO RELACIONADO
La película de Studio Ghibli y Hayao Miyazaki celebra este 2024 su 40 aniversario, motivo por el que vuelve a las salas de nuestro país este 19 de junio
La película de Hayao Miyazaki celebra este año su 20 aniversario, motivo por el que podremos volver a verla en pantalla grande
La película de Hayao Miyazaki llega a los cines de España este mismo junio para celebrar su 40 aniversario: ¡disfrútala en pantalla grande!
El veteranísimo director de Studio Ghibli ya está manos a la obra con su siguiente largometraje
A sus 83 años, Hayao Miyazaki puede estar cerca del final de su carrera profesional... y quizás también del final de su vida
¿El anime ya no tiene nada nuevo que ofrecer?