Tom Holland y los hermanos Russo están promocionando en estos momentos Cherry, la nueva película fuera del Universo Cinematográfico de Marvel que los tres han tenido el gusto de protagonizar y dirigir respectivamente. Pero en las entrevistas a las que se someten en esta fase de marketing, también hay espacio para hablar de Spider-Man, la saga en la que el joven Holland protagoniza al hombre araña y que regresará a finales de año con una tercera entrega, Spider-Man: No Way Home, muy esperada por sus seguidores.
Los hermanos Russo son los que han hablado en última instancia de este tándem, y se han centrado en lo difícil que fue la negociación con Sony la incorporación de Tom Holland como Spider-Man: "no se me ocurre otro momento en la historia del cine en el que dos estudios compartieran un activo tan valioso como este personaje; por supuesto, esto hizo que el proceso fuera complicado desde el punto de vista del casting", dijo Joe Russo, quien siguió añadiendo que "Anthony y yo somos testarudos y muy optimistas con nuestras visiones, especialmente cuando se trata del elenco, porque valoramos nuestras opiniones sobre ellos y tenemos un gusto muy particular sobre nuestro estilo de trabajo".
Es decir, querían que fuese Tom Holland, y no otro, quien interpretase al superhéroe, y lucharían hasta el final: "Sarah Finn, directora de casting de Marvel Studios, debería tener todo el mérito por elegir a Holland. Ella es la mejor en su trabajo y nos conoce, ya habíamos hecho dos películas junto a ella. Entonces entró Holland, hizo su prueba, la llamamos y dijimos: 'Dios mío, es increíble, es una estrella: tiene carisma y capacidad'. Es muy raro que alguien entre y tenga todos los elementos para ser una estrella del cine, y Holland los tiene".
Eso sí, la resistencia de Sony fue dura: "trajimos a Holland una y otra vez y fuimos implacables en nuestro empeño de metérselo en la garganta al estudio que tiene la propiedad intelectual. Fue una pelea en la que Sony oponía resistencia constantemente", aunque Joe Russo entiende las reticencias porque "era algo que podía costarles cientos si no de millones de dólares en el futuro". Tampoco Sony sabía exactamente si era una forma de prestar al personaje, o de reconvertirlo con una versión adolescente no vista antes. Finalmente todo se solucionó, aunque entre la primera y la segunda entrega tuvieron que renegociar las condiciones.
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