Lo que está logrando Javier Olivares con El Ministerio del Tiempo 4 es un ejemplo de que pese a que las series tengan varios años a sus espaldas, se puede reinventar su imaginario para ofrecernos dosis de espectacularidad e impacto nunca antes vistas. La primera parte de esta temporada nos ha mostrado una serie de misiones que, en el cuarto capítulo, dejaban bastante claro que tendrían continuidad en el tiempo: es decir, El Ministerio del Tiempo 4 se ha serializado, y esto la hace aún más adictiva.
Uno de los principales problemas que ha tenido esta serie durante todos estos años es que nunca se atrevía a adentrarse del todo en el mundo de la ciencia-ficción que tanto debería caracterizar a una ficción sobre viajes en el tiempo: los problemas entre personajes y las misiones en diferentes épocas históricas centraban gran parte del metraje de la mayoría de capítulos. Es este episodio 5 de El Ministerio del Tiempo 4, titulado 'Deshaciendo el tiempo', el que nos ha permitido bucear en un 'lore' apasionante y que más quisieran tener otros proyectos internacionales de la misma corte.
En primer lugar, descubrimos una vez más (ocurrió lo mismo con Lola Mendieta) que ni los malos son tan malos, ni los buenos tan buenos: Díaz Bueno 'secuestró' a Lola en su anacronópete, y cuando comienza este capítulo, han pasado 11 días sin saber nada de ella. Esto es algo que afecta psicológicamente a Pacino, quien intenta evitar que su 'amor' no desaparezca en varias ocasiones (de ahí el nombre del episodio, Deshaciendo el tiempo). El guion de Javier Olivares abraza las paradojas temporales y, aprovechando esta especie de 'Día de la Marmota', intenta impregnar en el personaje de Pacino todas y cada una de las etapas por las que un ser humano pasa cuando sufre una pérdida.
Tal y como nos ha enseñado en cuantiosas ocasiones El Ministerio del Tiempo, 'el tiempo es el que es', y de poco vale cambiar la historia, ya que cada nueva escisión de la línea temporal provocará cambios y consecuencias inimaginables: ¿qué ocurriría si Julián y Alonso mueren a pesar de que se salve Lola? ¿Y si Julián y Alonso se marcan un 'Benjamin Button'? Dilemas a los que Pacino debe enfrentarse y, a su vez, resignarse: todo lo que haga va a cambiar la vida del resto de sus amigos para siempre.
Destacar de este episodio también el papel de Carolina: Manuela Vellés se embarca en su primera misión desconcertada, sin saber muy bien qué hacer, y con un objetivo secundario desconocido por el resto. La joven debe controlar que Pacino se ciña a las reglas impuestas desde el Ministerio, algo que no siempre será posible.
Aunque hemos de decir que lo más interesante de este episodio 5 está en su recta final: Lola Mendieta no confía en Díaz Bueno, y no bebe ese líquido que, según él, le impedirá sufrir las consecuencias de viajar a través del tiempo. Pese a todo, viajan al pasado y descubre Lola descubre que ha envejecido 8 años, algo que preocupa a la joven. En plena II Guerra Mundial, y con un bombardeo que está teniendo lugar con cazas sobrevolando el cielo, Lola escapa del villano y viaja al futuro con la anacronópete, pero la máquina está averiada, y a saber donde logra viajar el personaje más conocido, y a la vez desconocido, de El Ministerio del Tiempo.
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