"A Gods Walks in to a Bar" es uno de los episodios más complejos y brillantes de los últimos años. Damon Lindelof ya demostró hace más de una década su habilidad para manejar los viajes en el tiempo y todas las derivativas mortales que suponen para un guionista. "Watchmen" esta semana recupera el ingenio de "La constante" -el emblemático capítulo de la cuarta temporada de "Lost"-, para encajar un puzle que tras enredos y más enredos, parecía no tener una solución factible. Doctor Manhattan, quien llegaba a la serie como un gran macguffing, ha terminado siendo todo lo contrario.
Nació en agosto de 1929 en Estados Unidos. Su madre se enamoró de un general de las SS nazis en 1936, y le empujó junto a su padre a buscar una nueva vida. Lindelof le entrega el octavo episodio por completo a Jon Osterman, una figura divinizada que se comprende mejor contextualizándola desde sus orígenes. Aunque muchos de los detalles de su pasado ya se conocían del cómic de Alan Moore, otros muchos no. En 2009, este ser omnipresente conoce a Angela Abar en un bar de Saigón, y le muestra un cuadro inédito de la cronología de este universo.
¿Cómo acabó Doctor Manhattan en el cuerpo de Cal? El cliffhanger de la semana pasada abría una gran cantidad de preguntas que el showrunner consigue responder de forma asombrosa en una hora de malabarismos narrativos. La explicación, por tanto, es sumamente compleja, y por eso la intentaremos resumir de la manera más asertiva posible; Jon acude al encuentro de Abar en ese local porque está enamorada de ella. Lo está, porque aunque no se conozcan, para él no existe el concepto de linealidad. No hay ni pasado, ni presente ni futuro. Tampoco momento, ni incertidumbre.
Regina King adopta una posición escéptica -y coherente- que le permite a Lindelof utilizarla como representación de los espectadores. Ella escucha y los demás escuchamos. La sorpresa es la misma, pero la conexión emocional se redobla. Doctor Manhattan quiere estar con Angela, pero sabe que en 10 años sucederá algo trágico que los separará. Aún así se arriesga y decide iniciar una relación. ¿Cuál es el problema? Que ella le odia por haber acabado con la Guerra de Vietnam. Gracias a aquello el futuro asesino de sus padres rumiaría odio, creando la bomba con la que cometería el atentado.
Pero no importa, porque esta figura conoce todas las soluciones y respuestas. Sin consecuencialismo no hay posible reflexión moral, y por lo tanto su acercamiento al amor es completamente artificial. Haga lo que haga Angela, esta terminará enamorada de él. Y es lo que efectivamente termina pasando. Ahora bien, la condición omnipresente de él, socava poco a poco la relación -inevitablemente-, y obliga a Jon a buscar una solución. Para ello acude a Adrian Veidt, que se encuentra exiliado en la Antártida tras la masacre de Nueva York, y le pide ayuda. Aquí entra en juego el misterioso disco dorado del último episodio.
Antes de atacarle directamente con artillería, Ozymandias acabar con Doctor Manhattan borrándole la memoria. Ese dispositivo creado para destruirle, ahora se convierte en un regalo paliativo para el sufrimiento de Jon. A cambio, él envía a Adrian a Europa, la luna de Júpiter en la que se encuentra actualmente; a la utopía con la que siempre soñó pero nunca consiguió materializar en la Tierra. Satisfechos ambos por el trato, la historia da un paso importante hacia el ensamblaje definitivo.
Angela acepta introducirle a Jon el chip de Adrian con el que perderá la memoria, y por tanto la capacidad de usar sus poderes. Antes, se inventa una nueva vida; tras haber elegido el cuerpo de Cal de un depósito de cadáveres, se recrea con un imaginado accidente que le dará el contexto que necesita su marido tras caer inducido en la amnesia. El siguiente paso será viajar a Tulsa, ciudad de origen de ella, e iniciar una feliz vida junto a tres hijos adoptados. La felicidad derivada de esta nueva realidad, provocará que ella olvide poco a poco todo.
Con el peligro del Séptimo de Caballería en ciernes, Angela decide despertar Jon abriéndole la cabeza a Cal . Ahora todo tiene sentido ¿verdad? Doctor Manhattan, sin embargo, conoce su destino, y entiende que no hay solución posible para la salvación. Pese a que pone a salvo a los niños, y a que consigue defender a Angela de los enmascarados, termina descompuesto por la máquina creada por esos Cíclopes reconvertidos. "Watchmen" cierra su octavo episodio con una pirueta grandiosa, y se corona como la gran ficción de la década.
¿Echas en falta detalles? Esto es un resumen con líneas generales que permiten comprender el cuadro completo de la serie.
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