En mis primeras impresiones de Rollerdrome ya comenté lo importante que ha sido para mi el skate; de como ha construido algunas partes de mi personalidad sin siquiera darme cuenta para que, en el momento presente, mire atrás y vea las tablas de monopatín como una parte más de mi hogar. Pero he de confesaros un secreto.
Cuando escribí aquel artículo sobre Rollerdrome, en realidad no iban a ser unas primeras impresiones, sino un análisis como tal. Es decir, me confundí con el calendario de lanzamiento del juego y lo devoré con el objetivo de tener lista la review cuanto antes. Pero lo que vosotros llegasteis a ver fue una versión recortada de mi opinión final del juego. Una especie de descripción de cómo funcionaba, pero no de cómo me ha hecho sentir. Pero, ¿por qué es importante que os mencione esto? Os lo cuento a continuación.
Mi segunda vuelta a Rollerdrome: la esperanza es lo último que se pierde
Aunque terminé Rollerdrome hace cosa ya de un par de semanas, vi mi error como la oportunidad de darle una segunda vuelta al juego e intentar comprobar si el sabor de boca que me dejó en aquel momento sería cosa del pasado para el día de hoy. Pero lo cierto es que no ha sido así. Antes de nada, os voy a dejar con el artículo en el que explico cómo funciona Rollerdrome para, más abajo, resumiros lo que pienso de él después de haberlo terminado con tiempo.
Cuando lo completé por primera vez, Rollerdrome me dejó un sabor de boca agridulce ❌✅
Esto último tuvo que ver con las expectativas que tenía con el juego: pensé que iba a ser increíble y, finalmente, no llegó a serlo
Sin embargo y con el objetivo de descartar mi hype como una de las posibles razones de que mi opinión estuviera contaminada, volví a pasármelo otra vez
El resultado, lamentablemente fue el mismo
Con esto no quiero que se me malinterprete al pensar que estoy echando por la borda todas las virtudes que tiene Rollerdrome, porque las tiene. Es solo que el juego se va dibujando delante de ti como la promesa de algo increíble que acaba, como por arte de magia, desapareciendo sin que te des cuenta.
Te gustará Rollerdrome sí...
Buscas un juego corto con el que amenizar un par de tardes de verano ✅
Te gustan los juegos que se basan en completar desafíos y conseguir las mejores puntuaciones ✅
Te flipa el skate, el patinaje o cualquiera de sus variedades ✅
Y de pronto... ¡Puf! se acabó
Aquí es donde debo confesar cuál es mi mayor problema con Rollerdrome: se acaba mucho antes de lo que esperas. La cosa es que el juego va escalando en complejidad y mecánicas hasta el punto exacto en el que sientes que has dominado su jugabilidad y es entonces cuando le lanzas la pregunta que toca: vale, ya estoy listo. ¿Qué tienes ahora para mi? Lamentablemente, la respuesta es que no mucho más que eso.
Entiendo que Rollerdrome no es el típico juego que tiene que tenerte atrapado decenas de horas, pero llega a ponerte la miel en los labios con la suficiente intensidad como para querer meterte a bucear en ella dentro del tarro... solo que, cuando entras en él, descubres que la miel solo te llega hasta los tobillos.
Conclusión
Tendré un recuerdo bonito de Rollerdrome, con eso es con lo que me quedo. Pero tampoco quiero negar que me hubiera gustado acabar con un recuerdo mejor que el que tengo ahora mismo. Lo único en lo que puedo pensar en este momento es en ese corte de buen rollo que se produce cuando el juego te lleva hacia lo más alto. Y justo cuando estás ahí; justo cuando sientes que estás preparado para todo lo que tenga para echarte encima... ¡Puf! Se ac (------).
Rollerdrome es una montaña rusa que va subiendo hacia arriba para que las vías se terminen justo cuando estás a punto de bajar por ella. Es uno de esos juegos que te acompaña por un proceso de aprendizaje increíble. Y justo cuando estás preparado para lo mejor; justo cuando estás listo para dejarte abrazar por él... se termina dejándote con ganas de más.
Jugabilidad
Estilo artístico
Ambientación
Duración
Una vez te haces con los controles, Rollerdrome es increíble
Es un juego que te incita a ''jogar bonito'' y eso mola mucho
Cuenta con una trama subliminal que acompaña a la perfección a lo que ocurre en el juego
Lamentablemente, se hace demasiado corto
El sistema de control patina en algunos momentos concretos
Crecí rodeado de naturaleza y campos de trigo, pero con la cabeza llena de historias sobre dragones y planetas lejanos. Después me hice psicólogo para poder fascinarme con las historias de los demás.