Análisis Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning
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Análisis Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning

Uno de los títulos más desapercibidos de la pasada generación de consolas regresa recargado para ofrecer una oportunidad a la industria de reivindicarlo

Publicado:
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  • Plataformas: Nintendo Switch PC PS4 Xbox One
  • Fecha de lanzamiento: 08/09/2020 | 16/03/2021 (Switch)
  • Desarrollador: Kaiko
  • Mejoras en PS5/Xbox Series: 60 fps
  • Género: RPG, Aventura

Teniendo en consideración la innumerable cantidad de obras que, día a día, aterrizan en el mercado del videojuego, no sorprende en lo absoluto que existan creaciones que, independientemente de su calidad, se vean relegadas a un segundo plano. Sin embargo, la creciente corriente de remasterizaciones que ha experimentado el medio en los últimos años ha permitido que muchas de estas producciones, ya sea por antiguas o por desapercibidas, reciban una segunda oportunidad ante el público, incluyendo ejemplos como los de Shadow of the Colossus, Demon's Souls y, para el caso que aquí nos compete, Kingdoms of Amalur: Reckoning.

En tal sentido, la creación de Big Huge Games y 38 Studios arribó en 2012 para convertirse en uno de los sleepers de la generación pasada, incluso a pesar de una de las aventuras de rol más afables de dicho circuito de consolas. No obstante, afortunadamente, gracias a la colaboración de KAIKO con THQ Nordic, el destacado título hará nuevo acto de aparición bajo el nombre de Re-Reckoning, una versión adaptada a los tiempos contemporáneos tanto en términos visuales como de contenido. ¿Logra cumplir su cometido de, ahora sí, colocar a Amalur en el mapa? Esta y más interrogantes las respondemos en nuestro análisis de Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning.

De regreso a Amalur, tierra de enfrentamientos

Siguiendo la conservadora línea del género al que pertenece, Amalur, ambientación en la que se desarrolla la totalidad de los hechos del videojuego, es una tierra de enfrentamientos. Desde lo macro -la invasión de una raza inmortal que desea instaurar un nuevo orden- hasta lo micro -disputas de poder entre las distintas etnias que habitan el mundo-, Kingdoms of Amalur es un título definido por la tradición de su herencia; un legado de roces y tensiones que permiten que la historia fluya y tenga sentido dentro de su respectivo contexto.

Dentro de tal retahíla de conflictos armados, políticos, sociales y mágicos, siendo que hay deidades y asuntos arcanos involucrados fuertemente en las inmediaciones de Amalur, nosotros encarnaremos a un incógnito ser que ha escapado de las garras de la muerte, reviviendo y perdiendo en el proceso su papel en el telar del destino. Ahora, sin un rol que cumplir en el entramado del universo, contamos con la potestad de escribir nuestra propia historia, cambiando el transcurso de la misma para todos aquellos con quienes interactuamos. ¿Nuestro objetivo? Salvar al mundo y descubrir nuestro pasado. ¿Nuestro obstáculo? Un vasto mundo en el que es un disfrute perderse.

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En tal sentido, Amalur es rica es múltiples aspectos, y uno de los más notables es la facilidad con la que nos incita a explorarlos. Mediante su notable cantidad de ciudades, asentamientos, mazmorras, secretos y demás elementos, el videojuego logra absorber y enganchar con palpable naturalidad. No obstante, desafortunadamente, cuando la describimos como "tierra de enfrentamientos" no es solo por corresponderse a los acontecimientos que enfrenta, sino porque también existe un antagonismo entre su inmersión jugable y su inmersión argumental; lo mecánicamente disfrutable no es igual de destacable en lo narrativo.

Por ello, aunque sea un deleite deambular por las metrópolis del título para aceptar encomiendas secundarias o seguir la historia de una facción, aristas como la nula capacidad de influencia de nuestro protagonista sobre el mundo que le rodea, la igualmente exigua importancia de nuestra participación en los diálogos o NPCs olvidables y carentes de carisma generan que Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning incida en las deficiencias roleras que padecía su antecesor. Así, su mundo y la exploración son unos de los pilares fundamentales de la producción, pero son motivados más por sus destacables composiciones lúdicas que por el valor que otorgan al lore de la entrega.

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Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning es más inmersivo por sus dinámicas naturales que por sus componentes directos

Una entretenida construcción del destino

El hecho de carecer de destino es una situación oportuna por la pertinencia con la que adapta la típica narrativa de héroe anónimo moldeado por el jugador al contexto del videojuego; una consideración que, además de argumental, trasciende hasta lo jugable. Y es que, gracias a ello, tenemos la justificación perfecta para escoger entre ser un mago, un pícaro, un guerrero o combinarlos, pues no hay nada en el telar del sino que haya predeterminado que debamos ser uno u otro. Incluso, la posibilidad de 'reescribir nuestro destino' a través de NPCs destinados a ello es, como resulta usual en el juego, una sublime consonancia entre narrativa y jugabilidad, a pesar de que este último sea el apartado evidentemente imperativo.

A dicho respecto, resulta evidente que la intención de Kingdoms of Amalur es, en instancias últimas, el entretenimiento y el enganche, y ello lo logra con holgura. Sin necesidad de reinventar el género, pues replica una gran cantidad de las bases que lo sustentan, la obra cumple de forma notable con ser divertido. Ergo, si bien nos hallamos frente a la longeva fórmula de puntos de experiencia, árbol de habilidades, equipamiento mejorable a medida que avanzan las horas, requisitos de nivel o de destreza en una rama en particular, vocaciones como la herrería, la persuasión o la inscripción y demás, asimismo nos hallamos ante una longeva fórmula que funciona, y que el videojuego hace funcionar a cabalidad.

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Simultáneamente, por disponer de una estimable gama de armas y poderes y de combates realmente destacables, los cuales asumen la batuta del componente mecánico del título al ser desafiantes y diversos, la creación siempre da motivos válidos y sustentados para encontrar goce en luchar una vez más. Desbloquear un nuevo hechizo o movimiento, encontrar una espada más poderosa, cumplir con una misión de facción, derrotar al jefe final de turno o simple y llanamente poner a prueba nuestras capacidades en la batalla son razones más que suficientes para pelear contra las amenazas de Amalur. ¿Razones básicas? Sí, completamente básicas, pero no por ello menos reales y sustanciales en lo que a diversión y aplicación respecta.

Además, Kingdoms of Amalur introduce un par de mecánicas adicionales que añaden un valor agregado a la propuesta, tales como las bonificaciones pasivas provistas por las cartas del sino -apegadas a las hazañas que logremos durante nuestra epopeya-, y el modo Salvaje: un estado de frenesí que, junto al aumento de daño y a la duplicación de experiencia que reporta, culmina en una siempre satisfactoria animación con QTE final que es broche de oro para cualquier combate. Entonces, cuando sumamos lo previo a una infinidad de botín, objetivos e historias, cientos de localizaciones y múltiples formas de afrontar la jugabilidad, es que entendemos por qué Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning es uno de esos productos a los que la etiqueta de 'adictivo' le calza magistralmente.

Kingdoms of Amalur Re Reckoning

Renovada oda visual a World of Warcraft

Aunque, dada su repercusión y trascendencia en el tiempo, es imposible enumerar la cantidad de creaciones que han sido influenciadas por el magno World of Warcraft, los paralelismos que se pueden establecer entre Amalur y Azeroth cobran un nuevo nivel. La paleta de colores, los personajes, los enemigos, los biomas, la arquitectura... Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning es el homólogo single-player del MMORPG de Blizzard y, lejos de ser ello una cuestión negativa, es una perfecta descripción de la grandeza artística del proyecto.

Porque, en efecto, viajar por Amalur es sobresaliente en tanto hay mucho por hacer pero, al mismo tiempo, en tanto hay mucho por observar. Los contrastes entre llanuras baldías, bosques mágicos, mazmorras milenarias y urbes modernas es magnífico por su aporte individual y por su participación en un hermoso rompecabezas aún mayor, el cual se beneficia en colosal medida por su atmosférica banda sonora y excelente trabajo de doblaje. Asimismo, la versión Re-Reckoning se ha encargado de adecuar soberanamente la belleza de su universo a los gráficos actuales; ningún trabajo del que hacer excesivo alarde, pero más que competente para cumplir lo que se espera de una remasterización.

¿Qué añade Re-Reckoning a la ecuación?

En alusión a lo que integra Re-Reckoning a la propuesta original, la sumatoria de Dientes de Naros y Leyenda de Kel el Muerto, los dos DLCs principales del título, representan un justificativo más de cara a considerar la adquisición del producto. Ambas expansiones nos trasladan a dos nuevos mapas con dos nuevas líneas narrativas, incluyendo inéditos enemigos, misiones y equipamiento que se encargan de expandir aún más la vida de Kingdoms of Amalur; un ensanchamiento que, si bien es de agradecer por la idea de tener más, asimismo es de agradecer por la calidad inherente a la dupla de contenidos.

No obstante, no hemos de obviar que, en diversos puntos, la entrega recae en antiguos deslices. Aludiendo a esto, y en conjunción con las reiteraciones que hemos citado en párrafos anteriores, la cámara continúa siendo un obstáculo considerable para desenvolver tranquilamente los combates, los frames siguen experimentando bajones, la IA aún mantiene un comportamiento errático dentro y fuera de hostilidades... En líneas generales, Re-Reckoning es un producto recomendable más por convidarnos a Amalur de forma renovada y compacta que por sobresalir en su conformación técnica, ámbito en el que aún muestra ciertas asperezas.

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Oportunidad de oro para la reivindicación

Manteniendo el mensaje expuesto en el cierre del párrafo anterior, el valor de Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning reside en la oportunidad que ofrece a la industria de reivindicarse y situarlo en donde se merece; a saber, entre los grandes títulos de acción y fantasía. Al igual que en 2012, las horas de diversión que otorga esta pieza son tan numerosas y genuinas que la recomendación está garantizada, ya sea por invitarlos a sumergirse en Amalur nuevamente o por exhortarlos a descubrirla por primera vez. En cualquier caso, su calidad continúa estando más que vigente, de forma que sus densos y vívidos parajes son, una vez más, una ocasión de oro para disfrutar de un nuevo destino.


Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning

Analizado en PC

VideoGame
8
Puntuación Areajugones:
Notable
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Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning es la oportunidad perfecta para valorar correctamente uno de los ARPGs más afables y desapercibidos de la pasada generación de consolas. A pesar de no erigirse como un producto notablemente distinguible de su versión original, es una oferta idónea tanto para aquellos que deseen regresar a la densa Amalur como para quienes aún no hayan disfrutado de tan entretenido periplo.

Narrativa

Jugabilidad

Audiovisuales

Novedades

  • Cuenta con una gran variedad mecánica que lo dota de amplia rejugabilidad
  • Los combates, en todas sus formas, son sumamente entretenidos
  • Posee una notable densidad de contenido
  • Su renovado diseño artístico luce fenomenal
  • Narrativamente hablando, es deficiente en términos de rol
  • La cámara es un obstáculo en múltiples ocasiones
  • En general, su apartado técnico padece diversos y evidentes problemas
Duración: 30+ horas
Jugadores: 1 jugador
Idiomas: Voces en inglés, textos en castellano

Política de puntuación

Redactado por:

Politólogo a tiempo completo, economista a tiempo parcial. Asiduo al medio interactivo por su capacidad de hacernos vivir las historias, no contarlas. Joven venezolano amante de Bad Bunny, Itachi y los RPGs que busca cooperar en la evolución de una industria huérfana de horizontes.