En una ocasión más, hemos vuelto a palpar el impacto que el coronavirus está teniendo en la industria interactiva. Además de afectar a videojuegos, eventos e, incluso, películas, puesto que su presencia trasciende mucho más allá de solo nuestro medio, el COVID-19 continúa esparciendo su negativa influencia por el mundo, esta vez afectando a Bungie. Y es que, en el marco de su creciente difusión, y planteando la seguridad de sus empleados como primordial, el estudio ha decidido cerrar sus oficinas.
En tal sentido, a través de una entrada publicada en su blog, la compañía comunicó, parcialmente, cuál será el modus operandi a seguir para continuar con las labores internas de la desarrolladora. De esta manera, pasarán a una "infraestructura de trabajo completamente remota", manteniendo a los empleados fuera de las inmediaciones físicas de la empresa, puesto que reconocen "la importancia de mantener la continuidad de nuestras operaciones de negocios regulares en Bungie" pero, a su vez, "la salud y la seguridad son nuestra prioridad principal".
Por su parte, respecto a Destiny 2, su actual entrega principal, admiten que existe la posibilidad de que esta política "afecte nuestra cadencia de parches en el corto plazo", pero el contenido seguirá llegando. Por ende, es posible que la dinámica de contenidos del título se vea afectada pero, entendiendo el contexto, no queda más que desear que las diferencias no sean tan evidentes.
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