Si alguna vez pensaste que el DualShock de PlayStation era el estándar perfecto para jugar videojuegos, estos tres mandos están aquí para recordarte que hubo una época donde las compañías perdieron completamente el juicio y decidieron experimentar con formas tan descabelladas que ahora nos preguntamos cómo diablos llegaron al mercado. Durante décadas, la industria del gaming vivió una fiebre de innovación donde cualquier forma parecía lo suficientemente buena para convertirse en mando.
La cruel realidad es que no toda innovación es progreso, y estos mandos son la prueba viviente de que a veces las mejores intenciones pueden convertirse en los peores resultados. Son controladores que no solo eran incómodos, sino que activamente saboteaban la experiencia de juego de cualquiera que tuviera la desgracia de usarlos, y que ahora se han convertido en objetos de culto para los coleccionistas más masoquistas.
Aquí tienes los tres mandos con formas más absurdas que solo los frikis veteranos recuerdan, convertidos en reliquias de una época donde las compañías se atrevían a todo sin importar la ergonomía ni la comodidad de los gamers.
El NeGcon de Namco para PlayStation ostenta el dudoso honor de ser uno de los mandos más extraños jamás diseñados para una consola mainstream. Lanzado en 1995 con un precio considerable para la época, este controlador retorcido literalmente se doblaba por la mitad gracias a una articulación giratoria que conectaba las dos mitades del mando. La idea era revolucionaria: torcer físicamente el controlador para controlar los coches en juegos de carreras, replicando el movimiento de un volante de forma totalmente innovadora.
Lo que hacía absolutamente frustrante el NeGcon era que, aunque técnicamente funcionaba, la experiencia era tan antinatural que la mayoría de jugadores preferían un mando tradicional. Retorcer constantemente las muñecas para girar en las curvas se convertía en una tortura física después de sesiones largas de juego. Además, el extraño diseño de botones eliminaba funciones importantes como L2, R2 y Select, haciéndolo incompatible con muchos juegos que no fueran de carreras. Era más un experimento que un controlador práctico.
El Wu-Tang Controller para PlayStation es sin duda uno de los mandos más ridículos jamás creados por su forma completamente absurda. Diseñado específicamente para el juego Wu-Tang: Shaolin Style, este controlador tenía la forma de la icónica W del grupo de hip-hop, creando una silueta que era visualmente impactante pero ergonómicamente desastrosa. Fue bundleado con la edición especial del juego como una rareza de coleccionista más que como un controlador funcional.
Lo más ridículo del Wu-Tang Controller era que su forma extravagante lo convertía en prácticamente injugable para sesiones serias de gaming. La extraña colocación de los botones, la falta de sticks analógicos, y el diseño poco ergonómico hacían que sostenerlo fuera incómodo y que controlarlo con precisión fuera casi imposible. Aunque el juego era decente, el mando se quedó como una curiosidad que la gente compraba por coleccionar más que por usar realmente. Era más una pieza de merchandising que un controlador serio.
El Resident Evil 4 Chainsaw Controller es la demostración perfecta de que más grande no siempre es mejor cuando se trata de mandos. Fabricado por Nuby Tech en 2005 para PlayStation 2 y GameCube, este monstruoso controlador tenía la forma exacta de la motosierra del Dr. Salvador, el terrorífico enemigo de Resident Evil 4. Con un precio de 200 dólares, venía en versión amarilla para GameCube y versión roja para PS2, incluyendo caja especial y base de exposición.
Lo que hacía completamente impracticable este mando era su tamaño descomunal y su peso excesivo, que convertían cualquier sesión de juego en una experiencia física agotadora. Sostener una motosierra de plástico durante horas no solo era incómodo, sino que era prácticamente imposible jugar con precisión. Los botones estaban distribuidos por toda la hoja de la motosierra, haciendo que alcanzarlos fuera un ejercicio de gimnasia. Aunque incluía efectos de sonido y vibración realista, era más un objeto decorativo que un controlador funcional para jugar en serio.
Si después de leer esto te has dado cuenta de lo afortunados que somos con los mandos actuales, no estás solo. Estos experimentos fallidos nos recuerdan que la forma debe seguir siempre a la función, y que no todas las ideas creativas están destinadas a mejorar la experiencia de juego.
La lección más importante es que estos mandos absurdos fueron necesarios para entender qué no funciona en el diseño de controladores. Sin experimentos fallidos como el NeGcon, quizás nunca habríamos apreciado la perfección ergonómica de un DualShock, y sin desastres como el Wu-Tang Controller, tal vez no valoraríamos tanto la simplicidad de un diseño bien pensado.
Pero quizás lo más fascinante es que estos mandos ridículos se han convertido en piezas de museo para coleccionistas que pagan fortunas por poseer estos pedazos de historia del gaming. Al final, incluso los diseños más absurdos pueden encontrar su lugar en la cultura gamer. ¿Has tenido la desgracia de intentar jugar con alguno de estos engendros ergonómicos? ¿O conoces algún mando con forma extraña que merezca estar en esta galería de aberraciones? El mundo del hardware gaming está lleno de historias épicas de creatividad convertida en pesadilla para las muñecas.
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