La industria del videojuego ha demostrado ser capaz de convertirse en un lugar donde las palabras ''nunca digas nunca'' cobran especial sentido... y si no que se lo digan al mismísimo Crash Bandicoot. Si nos hubieran dicho que el marsupial de los videojuegos no solo volvería a estar en boca de todos en la actualidad gracias a dos remakes de sus aventuras originales, sino al hecho de que Crash Bandicoot 4: It's About Time se conformará como una realidad en los próximos meses, nos habríamos echado las manos a la cabeza de pura inredulidad.
Es por ello que hemos querido aprovechar la ocasión para hacer un recorrido por todas y cada una de las entregas que ha protagonizado el personaje y preguntaros cuál creéis que es la mejor; ya sean aventuras en solitario, títulos de carreras o juegos orientados hacia el género de lo que se conoce como los ''party games''. De esta manera, iremos hablando de cada título de peor a mejor según las puntuaciones que cada uno muestre en Metacritic para, finalmente, ofreceros nuestro propio top.
Antes de comenzar de lleno con la lista, debemos recalcar que en Metacritic no existen puntuaciones para las dos primeras originales, por lo que para mencionarlas nos centraremos de forma exclusiva en el remake Crash Bandicoot: N. Sane Trilogy. Además, cabe destacar que tampoco mencionaremos aquellas apariciones fugaces que el personaje haya protagonizado en otros juegos como, por ejemplo, Skylanders. Vamos al lío.
Comenzamos encarando los puestos más bajos de la lista con un título que muestra que hacer uso de una franquicia conocida como excusa para crear cualquier cosa no suele funcionar. Crash Boom Bang! es un título asociado al género de los ''party games'', lo cual implica que su núcleo jugable consistía en ofrecer una serie de minijuegos de corta duración para ser disfrutados con amigos. El problema del juego es que su tono y su muy mejorable sistema de control se convirtieron en todo un disparo al pie del marsupial.
Aquí es donde podréis encontrar una de mis mayores discrepancias con la plataforma de Metacritic en cuanto a esta lista; sobre todo porque Crash Twinsanity me parece una genialidad a nivel de diseño por una sola razón: la valentía que sus creadores mostraron al cambiar por completo la estructura clásica de las entregas anteriores para ofrecer algo nuevo, eso sí, sin perfer la experiencia que tanto caracteriza a la franquicia. Algo que pasaba, entre otras cosas, por poder controlar a distintos personajes a lo largo del juego, cada uno de ellos con sus propias habilidades y formas de moverse.
Si hablamos de intentos de innovar con respecto al diseño clásico de Crash Bandicoot nos encontraremos con que Crash Tag Team Racing es un videojuego que contaba con grandes intenciones de aportar algo nuevo a su fórmula, pero que no obtenía tan buen resultado como otras propuestas. Quizás el principal atractivo de la obra sea que mezclase el género de conducción con el de plataformas; aunque bien es cierto que no llegaba a destacar en ninguno de los dos.
Crash Bandicoot: Wrath of the Cortex es uno de esos videojuegos que demostró a la perfección que la caída de una franquicia es un proceso que, en muchas ocasiones, no depende tanto del diseño de su última entrega, sino de las circunstancias en las que esta acaba viendo la luz. Y, si decimos esto, es porque el juego que ocupa nuestra atención se empeñó en repetir una fórmula en un momento inoportuno, dado que la comunidad estaba sedienta de novedades y no de giros conservadores.
Nos encontramos, en mi opinión, ante uno de los títulos más incomprendidos de toda la franquicia de Crash Bandicoot. Porque, si bien es cierto que Crash Team Racing logró demostrar que el personaje podía amoldarse a cualquier terreno, Crash Bash reafirmó esta creencia con un party game que no solo ofrecía multitud de minijuegos sumamente originales, sino que estos eran tan respetuosos con el tono de la saga que el hecho de que Crash y compañía se subieran a un oso polar para hacerse placajes entre ellos sonaba hasta creíble. Las risas que he echado con este juego no están pagadas.
A pesar de que Crash Nitro Kart demostraba conformarse como un título sólido una vez comenzabas a jugarlo, lo cierto es que contaba con la dificultad añadida de verse obligado a alcanzar el alto listón que había dejado el anterior juego de carreras protagonizado por el marsupial y compañía. Podríamos decir, entonces, que Crash Nitro Kart acertó en cada una de las novedades que intentó introducir, pero estas se vieron opacadas por la gran sombra que aún ejercía su antecesor.
Pasamos a los puestos de la mitad de la lista con un título que demostró que la franquicia de Crash Bandicoot había perdido completamente el rumbo. Y, si decimos esto, no es tanto porque lo que propusiera no estuviera a la altura de las circunstancias, sino porque su iconografía, sus mecánicas y su tono se desligaban por completo de lo que había sido el marsupial hasta el momento. Crash of the Titans es considerado por muchos usuarios como la razón por la que Activision decidió dar un largo descanso al personaje.
¿Qué podría solucionar una secuela al título previamente mencionado que continuara yendo por un camino totalmente ajeno a todo lo que había caracterizado hasta entonces a la franquicia? La verdad que no mucho. Crash: Mind Over Mutant intentaba mejorar ciertos aspectos de Crash of the Titans sin darse cuenta que el problema no residía tanto en esto último, sino en lo lejos que el marsupial se encontraba de aquello que fue en el pasado.
Entramos en el top 5 de la lista con un videojuego que se correspondía como un hermano menor de la trilogía original; como un intento de llevar dichas aventuras a una plataforma que contaba con menos capacidades técnicas. No obstante, este spin-off de Crash Bandicoot 2 para Game Boy Advance demostró que la clave del éxito a veces no tiene que ver tanto con intentar imitar otros casos, sino adaptarte a lo que estos propusieron con los recursos que tengas.
Si la precuela del título anterior se encuentra un puesto por encima de esta última se debe, una vez más, a las circunstancias en las que salió. Y es que si bien es cierto que Crash Bandicoot 2: N-Tranced mejoraba varios apartados jugables de Crash Bandicoot: The Huge Adventure, este último causó un mayor impacto en la comunidad de aficionados por haber sido el primero que pudimos llevar en el bolsillo gracias a las virtudes portátiles de la Game Boy Advance.
Más allá de las controversias que surgieron en torno a la recopilación de las nuevas versiones de las entregas originales de Crash Bandicoot en torno a cuestiones como la dificultad o tener que llamar Dark Souls a todo, lo cierto es que esta reimaginación demostró ser capaz de entender lo que necesita ser un remake: algo extremadamente respetuoso con el material de referencia.
El hecho de que en los tres primeros puestos de la lista existan dos remakes implica que las ganas que había de que Crash Bandicoot volviera en su formato clásico eran muchas. Crash Team Racing: Nitro-Fueled se conformaba como una reimaginación del título de carreras original que, a su vez, cogía algunos elementos de Crash Nitro Kart para dar con un resultado tan nostálgico como efectivo.
Finalmente llegamos a un primer puesto con un juego que demostró que el marsupial podía adaptarse con gran facilidad a otros géneros que fueran ajenos al de las plataformas en tres dimensiones. Es por ello que Crash Team Racing se ha convertido en uno de los títulos más queridos de la franquicia; porque Crash Bandicoot ofrecía aventuras con un enorme potencial jugable, ya fuera saltando entre barrancos o subido en un kart circulando a toda velocidad.
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