Probamos Mitos del Reino del Este, la segunda expansión de Immortals Fenyx Rising y os contamos todas sus claves

Es paradójico pensar en cómo las reglas clásicas que definían el formato de lanzamiento de los videojuegos para un jugador quedan lejos hoy en día, precisamente, del estado actual de muchos videojuegos para un jugador. Es la simple regla de adaptarte o morir o, en este caso, de contar con un gancho mucho más potente con tu comunidad de usuarios al amoldar tu propuesta al modelo de juegos como servicio; algo que Ubisoft habría adaptado con algunas de sus propuestas como, por ejemplo, Immortals Fenyx Rising al ir ofreciendo contenidos inéditos para el mismo incluso meses después de su lanzamiento original.

Y es que, tras haberos contado cuáles eran las claves de ''Un nuevo Dios'', el primer gran DLC de Immortals Fenyx Rising, hoy venimos a llevar a cabo la misma tarea, pero en terreno diferente; concretamente a exponeros cuáles son las claves principales de la segunda expansión del juego, la cual se conoce como ''Mitos del Reino del Este''.

Las dos grandes preguntas a responder de la segunda expansión de Immortals Fenyx Rising

¿En qué consiste Mitos del Reino del Este?

Quizás el significado de expansión nunca habría tenido más sentido que en esta ocasión; aunque bien es cierto que podríamos cambiar un par de letras a la palabra para convertirla en otra que se ajustará aún más a todo aquello que ofrece este segundo DLC de Immortals Fenyx Rising: ''extensión''.

Conforme iba jugando a Mitos del Reino del Este hasta completar su misión final, era una idea concreta la que se iba dibujando en el cielo de mi cabeza: a diferencia del primer DLC, esta expansión ofrece algo alternativo al título base en lo estético, pero no tanto en lo mecánico. Hablamos, específicamente, de que las acciones que podremos llevar a cabo con Ku (el protagonista de esta aventura de menores magnitudes que nos llevará a la mitología china) no distarán mucho de las que desempeñábamos con nuestro avatar en Immortals Fenyx Rising; desde acudir a distintos puntos del mapa en busca de recursos con los que mejorar al personaje de diversas formas, hasta un sistema de combate que no aúna todo el valor que pudiera para ofrecer cosas rompedoras.

Por otro lado y como decíamos antes, es en lo estético donde este DLC destaca en particular: el cielo chino se desplegará ante nosotros como un compendio de barrancos y praderas en los que uno solo soñaría con acampar un par de noches; elementos que se entrelazan en un terreno poblado por monumentos de una mística digna de la mitología oriental que nos dejará con más de una escena remarcable y más de una postal a la que dan ganas de sacar una captura para imprimirla y enmarcarla con tal de colgarla en alguna pared de nuestra casa.

Sin embargo la belleza artística que el mundo derrama por cada uno de sus lados no hace otra cosa que remarcar una sensación intensa que tuve al jugar a este DLC: Mitos del Reino del Este pide ser más de lo que llega a ser o, dicho de otra manera, muestra un potencial que no llega a aterrizar de forma tangible en todo lo que hacemos en el juego.

Los puzles están ahí, pero son muy similares a los que podíamos llevar a cabo en Immortals Fenyx Rising; hay algunas criaturas nuevas, pero el sistema de combate y de mejora de nuestras estadísticas permanece casi intacto con respecto al título original; el mundo de esta segundan expansión nos provocará un dulce cosquilleo en las córneas de lo bello que es, pero la historia que se narra en él no llega a una profundidad que le haga la suficiente justicia.

¿Merece la pena?

Las tres palabras que componen esta última pregunta siempre me generan una serie de complicaciones a nivel cerebral por la subjetividad que se desprende de ellas y la manida concepción de que dependerá de los gustos personales de cada uno. Sin embargo y a pesar de todo lo mencionado anteriormente, es evidente que Ubisoft ha dado un paso contundente hacia delante a la hora de hacer de Mitos del Reino del Este una ofrenda para aquellos jugadores que quieren más de Immortals Fenyx Rising.

Quizás la ausencia de grandes novedades que den un vuelco a su propuesta (como si se atrevió a llevar a cabo el primer DLC) sea su mayor error y, al mismo tiempo, su mayor acierto. Principalmente porque hay ciertas ocasiones en las que vale la pena quedarse un rato más en la zona de confort antes de ponerlo todo patas arriba.