Cuando digo que los dirigentes de Nintendo están viviendo una montaña rusa de emociones desde hace unos días no estoy exagerando. La compañía está a punto de lanzar en todo el mundo The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, uno de sus proyectos más ambiciosos e importantes de la última década, y desgraciadamente se están teniendo que enfrentar a todo tipo de filtraciones en Internet.
Numerosos usuarios se hicieron con una copia del juego con bastante antelación, y a raíz de esto empezaron a surgir ROMs ilegales que permitían emularlo en ordenadores. Como era de esperar, los foros y redes sociales se están llenando de spoilers. Y en un intento de frenar esta situación, Nintendo está comenzando a repartir bans a diestro y siniestro, incluso a la gente que no se los merece.
Este caso ejemplifica muy bien la desesperación a la que se esta enfrentando Nintendo de cara al lanzamiento global de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom. Que un título tan importante y enigmático como este se haya filtrado diez días antes es una catástrofe que puede empañar la experiencia de juego de muchísimas personas, por lo que a la compañía no le queda otra que banear a diestro y siniestro a todos los leakers.
Desgraciadamente la situación se está saliendo de control y se está castigando a gente que no tiene culpa de nada. Terrible.
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