Cuando recibí el honor de desvelar un par de las cartas de la nueva expansión de Hearthstone, una parte de mi corazón se achicó. Primero, porque todo creador de contenido que esté relacionado con el título sueña con esa oportunidad pero, segundo, tal y como comenté en la primera revelación, porque he estado un poco alejado del juego en los últimos meses. Sin embargo, las últimas semanas ya me indicaban cuál sería mi camino a seguir de cara a la obra y, ahora que he podido probar Asesinato en el Castillo Nathria de primera mano, estoy más que seguro que Hearthstone se encuentra en mi sendero.
Como jugador de Hearthstone desde hace más de un lustro, he llegado a la conclusión de que el juego encuentra su mejor expresión en dos tipos de mazo: los combo, esos arquetipos que convierten las partidas en un rompecabezas dinámico, y los tempo, aquellos modelos que convierten las partidas en un in crescendo espectacular. Por supuesto, el meta es una fuerza indetenible y lo que pueda suceder con él será cuestión de la combinación de múltiples azares, mas me queda claro que Team 5 apunta cada vez más alto con la creatividad de sus expansiones.
Habiendo probado al menos un potencial arquetipo de cada clase, los cuales son sumamente marcados y distinguibles entre sí, la calidad de las ideas se manifiesta a cada turno. Nuevamente, Blizzard se las ha ingeniado para utilizar la influencia de las previas expansiones como la base de las mecánicas inéditas, haciendo que la palabra clave Infundir, el nuevo tipo de carta Ubicaciones y las novedosas funcionalidades temáticas (como investigar el tipo de mazo que tiene el adversario para obtener recompensas) funcionen de forma excelente tanto por sí solas como, especialmente, en conjunto.
Mención especial para el último de los aspectos mencionados, siendo que la adaptación mecánica de la temática sherlockiana sienta bastante bien a una cultura más que asentada en los entresijos internos de Hearthstone: para ganar, tienes que saber todo de todos. Qué mazos están de moda, qué cartas lleva cada uno, qué recursos disponen para contrarrestar mis herramientas... Estas preguntas siempre han estado en la mente de los jugadores por razones prácticas pero, ahora, también lo estarán por razones narrativas. Un movimiento magistral... Aunque complicado.
Insisto: como con cada nueva expansión, la cantidad de conceptos imaginativos que llegan al videojuego es inaudito. Asesinato en el Castillo Nathria es una demostración más del mimo que el equipo tiene para con su obra, porque no paran de intentar superarse a sí mismos y ofrecer en el proceso la mejor y más singular experiencia posible. Empero, como con cada nueva expansión, la comunidad me ha vuelto a decepcionar.
Por ejemplo, allí tenemos a Múrloc Holmes: la carta más interesante de todo el nuevo set. Durante mi paso por el evento Theorycrafting, cuyo objetivo principal es darnos la oportunidad de idear nuevos arquetipos y explorar todas las opciones del conjunto de cartas, no hubo ni un adversario que, como yo, intentase que el esbirro legendario funcionase. Y es que los jugadores de Hearthstone, desde hace años y aún ahora, dan demasiada primacía a la victoria en lugar de a la creatividad.
El problema, pues, es que el sinfín de inéditas interacciones que podría presentarse a raíz del genuino deseo de innovar la forma de jugar a Hearthstone se quedan disminuidas ante el reducido número de variantes que, pragmáticamente, funcionan para derrotar a tu oponente de la forma más efectiva posible. He ahí, siendo precisos, el principal inconveniente de la entrega: anteponer la eficiencia a la imaginación, tan solo revisando los mazos más populares de Internet para ver cuál funciona en lugar de crearlos uno mismo, es lo que ha hecho que los usuarios se vuelvan estériles de creatividad.
En cualquier caso, lo anterior es culpa del imperio del ganar como sinónimo de divertir, no de un Asesinato en el Castillo Nathria que, enfatizo, al menos a título personal, me ha convencido lo suficiente como para dejar de lado mis roces con Hearthstone y volver a sus brazos. ¿Me tocará olvidarme plenamente del modo con rango para mantener mis cabales en su lugar y poder experimentar cuanto se me plazca con la multitudinaria variedad de opciones que ofrece la expansión? Quizá, pero estoy preparado para hacer el sacrificio.
Quién sabe, puede que la comunidad decida valorar correctamente la inventiva de Team 5 y dejarse llevar más por sus ideas individuales que por el omnipresente netdeckeo. Si lo hacen, siento que encontrarán la faceta más cautivadora y única de esta nueva adición de contenido; si no lo hacen, siento que seguirán disfrutando de la férrea competitividad que siempre ha caracterizado a Hearthstone. En cualquier caso, admito que siento un cálido calor en el pecho por esta sensación de expectativa ante la futura apertura de sobres el 2 de agosto. Y sé que no seré el único.
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