Desde las leyendas medievales hasta la fantasía moderna, los dragones han capturado la imaginación de muchas generaciones de espectadores. Por eso, vamos a hablar sobre algunas de las películas más memorables que han dado vida a estos seres mitológicos, ya sea a través de la animación, la fantasía épica o la acción futurista. Aprovechando el estreno de la versión en acción real de 'Como Entrenar a tu Dragón', si te has quedado con ganas de más dragones para disfrutar de una tarde de verano, te recomendamos seis películas con las que puedes divertirte viendo estos grandes seres que inflaman el aire a su alrededor, con fuego.
Una cinta entretenida que cuenta con una generosa dosis de fantasía y las gotas justas de emotividad marca de la casa del ratón, Raya es una producción del estudio Disney. Con una animación clásica que derrocha belleza en sus paisajes e imaginación en sus magníficas secuencias mágicas. Es verdad que la película no busca la originalidad sino la efectividad, y lo consigue con creces, gracias a sus dinámicas escenas de acción, el carisma de su protagonista y la contenida emoción de alegría que nos aguarda cuando empezamos una nueva aventura.
Una narrativa con aroma a cuento clásico, donde las leyendas, la acción y la aventura se entremezclan con refinada eficacia, para ofrecernos unas horas de encantadora evasión. Un cuento que no escatima a la hora de ofrecer detalles visuales mágicos, gracias a un ágil guion que aborda temas como la aceptación, la familia y el poder de la confianza. De ensamblar todas estas piezas se encarga una melódica banda sonora que deja un grato recuerdo y unos personajes entrañables que logran captar la atención del espectador. Una cinta que tiene todos los momentos de intensidad y emoción que se merece una buena película sobre dragones.
Una película donde el coprotagonista es un dragón, que destaca por la portentosa voz del gran Paco Rabal, capaz de devorar cada plano en el que aparece y transmitir intensas emociones a través de sus palabras (como curiosidad en su versión original, el actor de doblaje era el legendario Sean Connery). Una bonita cinta de aventuras de corte clásico con una factura técnica correcta tanto en la forma como en el fondo, otorgándole ese clima aventurero, disfrutón y entrañable de cine para toda la familia. Quizás no sea una obra maestra, ni por su ingenio o novedad, pero si tiene el suficiente carisma caballeresco para hacernos pasar un buen rato.
Algo que sí tiene, es un dragón bien diseñado e interpretado, que con su sola presencia engrandece la película, un guion ligero que utiliza un cínico sentido del humor y las suficientes escenas de acción, combates y magia, para conseguir que te olvides de la cotidianidad, pudiendo disfrutar con ojos de niño de este alegórico cuento de fantasía. Algo en lo que destaca es en su fascinante y extraordinaria banda sonora, cargada de intensas sonoridades emocionales que contiene una canción final sublime, que logra transportarte hacia las estrellas, el lugar donde descansan los dragones.
El cine entendido como espectáculo y elevado a la ensimisma potencia de la grandilocuencia. Un espectáculo palomitero de primer nivel, en el que la fiesta y la falta de vergüenza se dan la mano para ofrecernos una desinhibida diversión cargada de acción adrenalínica. A pesar de sus limitaciones, es capaz de ofrecer cierta energía visual gracias al polvo y la niebla de sus paisajes apocalípticos. Cuenta con unos correctos efectos visuales que nos hacen vivir la salvaje experiencia de cazar a un dragón.
Esta mezcla de ciencia ficción y Monster Movie logra tener su encanto, pero sus resultados podrían haber sido mucho mejores si se hubiera retocado un guion bastante condicionado a sus escenas de acción. Aun así, tiene momentos divertidos, como la obra de teatro sobre la historia de Star Wars que Cristian Bale cuenta a los niños como si fuera un cuento mítico de la humanidad, o ese instante salvajemente onírico en el que Mathew McConaughey salta al vacío con un hacha en las manos.
Hay algunas películas que pueden sorprender, en el momento de su estreno tal vez no terminen de convencer, sin embargo, de alguna extraña manera con los años, logran entrar en ese grupo de cintas que ves en la televisión cuando las ponen porque resultan entretenidas, y sí algo tiene el Imperio de Fuego, aparte de su falta de vergüenza, es su alta dosis de diversión fantástica.
Una mítica película de aventuras rebosante de fantasía, que contiene el diseño de maravillosos monstruos creados por el maestro de la stop-motion, el genial Ray HarryHausen. Una cinta que posee una imaginación desbordante, en una época en el que acudir a una sala de cine era como entrar en un mundo nuevo, donde la inocencia y la ilusión nos envolvían en su manto repleto de gratificantes emociones. Emociones que se expandían por la sala a través del placer de una historia bien contada, diseñada y con enérgicas escenas de acción-aventurera.
Magia, cíclopes, dragones… toda la belleza de las criaturas mitológicas que logran emocionarnos. Una historia apasionante, narrada con encanto y elegancia, con unas sensacionales secuencias de acción, que están acompañadas por la excelente banda sonora compuesta por el admirable Bernard Hermann. En definitiva, si alguien es amante de la aventura, la fantasía y los dragones, disfrutará con esta película. Una obra maestra de la fantasía con un estilo único, ahora desfasado, pero que dejó una sensación de magia en los espectadores, irrepetible.
Otra película que se ha convertido en un clásico de culto del género de la espada y la brujería, una pequeña joya semidesconocida de la fantasía, que aunque en algún aspecto puede que no haya envejecido muy bien, es un film que merece la pena descubrir por los fans del género fantástico. Nos situamos en los tiempos oscuros de la edad media, donde la magia, el misterio y la aventura campaban con libertad sobre la tierra, una tierra dominada por los míticos dragones. Un aprendiz de mago tendrá que descubrir su propio valor para hacer frente a una de estas terribles criaturas que amenaza con destruir el reino.
Un cuento de hadas entretenido, con ligeras pinceladas de fantasía gótica, poblado de magos, princesas, bravos guerreros… y dragones. Una cinta encantadora, con interpretaciones correctas y una puesta en escena que trata de ser realista, consiguiendo dignos resultados. Nos encontramos ante una historia clásica que perfila en su guion una mordaz crítica al poder monárquico y a la religión, que tiene personajes carismáticos, paisajes extraordinarios, unos efectos visuales entrañables, pero sobre todo, mucho entretenimiento y toneladas del mítico encanto del cine ochentero.
Una oda a la creatividad que reinventa la palabra imaginación. El maestro de la animación emotiva, Miyazaki, consigue despertar la conciencia a través del viaje de una niña por un mundo fantástico poblado de diferentes clases de dioses. Un viaje hacia la madurez solitario y que da miedo, pero que consigue convertirse en una aventura extraordinaria repleta de belleza, misterio y corazón. Logrando que una multitud de sentimientos impacten en todas las fibras emocionales del espectador, una emoción que se desgrana entre la originalidad del mundo y la extravagancia de los seres creados por Miyazaki.
Una película fluida, delicada e inquietante, que basa el secreto de su éxito en esa dualidad misterio-atracción, que generan sus escenas cargadas de lirismo. El cine en su más pura concepción de dispositivo para mostrar mundos alternativos, no tan alejados de nuestra realidad cotidiana, capaces de generar magia, ilusión y alegría. El viaje fantástico hacia la felicidad, una felicidad tan divertida como es la de viajar montado en el dragón de Chihiro a través de las nubes y las estrellas, para llevarnos hasta los rincones más fértiles de la imaginación. Sus hermosas imágenes se imprimen en nuestra memoria donde la fuerza visual de su narrativa permanece para siempre.
Estas criaturas impresionantes, que surcan los cielos con su majestuosa presencia, han sido el símbolo más emblemático de la fantasía, que representan tanto la sabiduría como la destrucción. Gracias al cine han logrado evolucionar desde sencillos monstruos a personajes complejos, con diferentes capas de personalidad, ya sea de manera entrañable o aterradora, y convertidos en protagonistas de grandes batallas o siendo los guardianes de antiguos secretos. Ahora solo te queda dejarte fascinar por su legendario encanto, viendo algunas de las películas de este artículo que transforman a los dragones en estrellas del cine.
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