Era enero de 2018, solo habían pasado unas pocas semanas desde el estreno de la última entrega galáctica, y todos aquellos que durante meses se posicionaron en contra del estudio, buscaban respaldo. "Star Wars: Los Últimos Jedi" había conseguido superar una de las mayores campañas de desprestigio que se recuerda en la industria, sumando un estreno en taquilla descomunal. Ni las persecuciones a Rian Johnson y el reparto, ni el review bombing tenían efecto. Todos, entonces, miraban a J.J. Abrams. ¿Qué pensaría el más afectado por esa nueva narrativa?
El director de el Episodio VII adoptaba una postura conciliadora, mostrando su apoyo a Johnson. Asegurando que le hubiera gustado a él trasladar a pantalla ese guion. Pero esa opinión tan buenista parece haber cambiado drásticamente a pocos días del estreno de "Star Wars: El Ascenso de Skywalker". Este mismo miércoles, el cineasta reabría viejas heridas en una entrevista para The New York Times, en la que aseguraba que aquella cinta estaba “llena de sorpresas, subversión y muchas decisiones atrevidas”.
"Por otro lado," explicaba, "es una especie de enfoque meta de la historia. No creo que la gente vaya a Star Wars para que les digan: 'esto no importa'". Aún así, Abrams se seguía manteniendo respetuoso, apuntando a que su nueva entrega necesitaba una historia como la de Los Últimos Jedi como precedente. "Necesitaba una inercia de péndulo que oscilara en una dirección para volver después hacia la otra". ¿Más leña al fuego? El reparto también se posiciona en el momento más delicado para Disney.
Daisy Ridley confesaba al medio que lloró cuando escuchó la noticia de que Abrams iba a volver a dirigir, porque sentía que traería cierto nivel de comodidad y seguridad a la producción. Boyega, por su parte, esgrimía que estaba contento de que Abrams pudiera terminar la historia que había comenzado en 2017. "Entendiéndome como un fan normal entre el público, quería ver hacía dónde iría esa historia." El actor que da vida a Finn, mantiene así una postura que lleva pregonando ya varias semanas.
"Creo que El despertar de la fuerza fue el comienzo de algo bastante sólido", añadía. "Si te soy sincero, diría que Los Últimos Jedi es un poco incómoda para mí. No estuve necesariamente de acuerdo con muchas de las decisiones que se tomaron, y eso es algo de lo que hablé mucho con Mark [Hamill]". La estrella sostiene sus críticas por la disposición de aquella historia. “Diría que en las películas originales de Star Wars había una mayor sensación de trío. Era, esencialmente, una historia sobre el viaje de Luke, pero había una dinámica muy potente entre Han y Leia que no sé cómo de rápido vamos a ser capaces de establecer en el Episodio IX”.
"Star Wars: El ascenso de Skywalker" podría sanar heridas, cerrar cicatrices, y buscar la conciliación. “Será guay si exploramos esa dinámica", apunta. "Creo que incluso después de tres películas no les conocemos tan bien como conocimos a Han, Luke y Leia. Y quizá esa sea una gran oportunidad para conocerles un poco mejor”. ¿Se acabará el culebrón por fin este 20 de diciembre?
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