Del suspense incómodo de los primeros episodios, a una artillería de revelaciones interminable. Damon Lindelof tomaba el ecuador de la temporada como punto de inflexión para comenzar a atar cabos; Wade Tillman, Will Reeves, Adrian Veidt, Angela Abar. Todos y cada uno de ellos iban pasando por la lupa mientras eran contextualizados. "Watchmen" se iba encajando a sí misma por partes, hasta que en el octavo capítulo Doctor Manhattan hacía confluir todo en una sola trama. Ahora bien, qué pasaba con Lady Trieu? Ella era la única que permanecía a la sombra, esperando su gran momento final.
-AVISO DE SPOILERS-
Se sabía quién era Bian, que había pactado algo con Will, y que pretendía detener los planes del Séptimo de Kaballería. El resto de cuestiones, el elefante en la habitación -nunca mejor dicho-, y el 'cómo' de sus planes, eran un completo misterio. Este episodio se abre paso disparando respuestas increíbles. La primera de ellas, tiene que ver con su origen. ¿Cómo es posible que una extranjera fuera capaz de influir tanto en la vida de Tulsa? ¿De dónde sacaba el dinero y por qué lo empleaba en todo aquello?
En 1985, mientras Adrian grababa el vídeo en el que le contaba a Robert Redford lo que sucedería en 1993, y se confesaba autor de la masacre de Nueva York, la madre de Trieu se colaba en el despacho del magnate para inseminarse semen del susodicho. Sí, tras un cuadro, Ozymandias esconde frascos con su prole, que esta roba y decide inyectarse a sí misma. Meses más tarde nacería Trieu, como hija, claro, de Adrian, y más importante; con una carta a su favor para negociar el que sería su plan maestro.
Trieu, al igual que el senador Keene y sus enmascarados, cree que Doctor Manhattan ha sido un inepto incapaz de arreglar los problemas en el mundo, a pesar de contar con poderes inimaginables. Por eso persigue metas similares; robarle el poder a Jon, para convertirse en la nueva portadora del manto azul, y así solucionar el calentamiento global, el peligro nuclear, y el resto de cuestiones internacionales. Ella, al igual que su padre, persigue salvar a la humanidad, aunque cree estar haciéndolo sin recurrir al miedo con el que se justificó la masacre de Nueva York.
Con la carta de la línea sanguínea bajo el brazo, Trieu acude a Karnak en 2008 para pedirle a Adrian que confíe en ella. Que venda su compañía, e invierta 45 mil millones de dólares para financiar sus planes. Estos más tarde se convertirían en la Torre del Milenio; una distracción para el canalizador de energía nuclear con el que le robaría los poderes a Doctor Manhattan. Veidt se opone en un principio, esgrimiendo que él vendió toda su herencia para demostrarle al mundo su capacidad sin la ayuda de recursos. Su hija se lo terminaría demostrando (o casi).
Dejando que Keene y lo suyos ejecuten su plan. Que confabulen con su guerra racial, y que atrapen a Jon en la jaula de litio sintético. Gracias a ellos, Trieu podría acercarse hasta el dios azul, acabar con los intermediarios, y consagrar sus ambiciones. "El final está cerca" ("the end is near"), no era tanto una frase apocalíptica, sino una profética; unas palabras que reflejaban la desaparición del dolor y la tristeza en el mundo perseguidas por Trieu. Y todo comenzaría en el Reloj del Milenio.
En su cúspide se estaba construyendo una esfera de acero capaz de absorber el poder de Doctor Manhattan. "Absorber la energía nuclear sin triturarla siempre te hará estallar como un globo". Instantes antes de su llegada al sótano de la Kaballería, Keene se había convertido en una sopa de fluidos por no procesar esta misma energía. Con eso en mente, el procedimiento era sencillo; evaporar a los seguidores supremacistas, y aprovecharse de la jaula para colocar la esfera sobre ella y dar comienzo al procedimiento.
Con lo que no contaba era con que Adrian, Wade y Laurie serían teleportados a Karnak gracias a un momento de lucidez de Jon. Desde allí Ozymandias programa una lluvia de calamares sobre la plaza de Tulsa, que termina por arruinar finalmente las intenciones de Trieu. Ni Doctor Manhattan ni Doctora Manhattan; ahora todo depende de un simple huevo ¿verdad?
Coda: Trieu, aunque es presentada como la salvadora de la situación, pronto se va tornando villana. Adrian no confía en ella porque ve a una narcisista megalómana con aspiraciones totalitarias. Lindelof vuelve a jugar.
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