Análisis Flat Heroes
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ANÁLISIS

Análisis Flat Heroes

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Aunque su auge no comenzó este año, los estudios españoles han tenido un 2018 para el recuerdo. Todavía no ha terminado 2018 y ya hemos tenido producciones variadas y de gran calibre como The Red Strings Club, Moonlighter, Solo, Crossing Souls, y más obras que han llenado el panorama nacional de excelentes productos. Ahora, si bien en una categoría distinta, hemos de añadir el nombre de Flat Heroes, creación de Parallel Circles, pues este interesante título de plataformas ha sido capaz de encontrar su propio lugar entre las más grandes producciones del país de todo el año actual.

Flat Heroes 2

Filosofía minimalista

Uno de los principales adjetivos que pueden ocurrirse al pensar en este juego de plataformas es en minimalista. Desde la jugabilidad hasta su composición visual, el juego es completamente sencillo y tan sólo dispone de lo imperiosamente necesario para construir su propuesta. En tal sentido, refiriéndonos a sus mecánicas, se trata de un desafío constante en el que sortearemos una considerable cantidad de niveles -más de 300, sumando todos sus modos de juego-, cada uno presentando un desafío distinto que no sólo trae consigo nuevas amenazas sino que, además, nos hacen aprender sobre nuestra trayectoria y adaptarnos al camino recorrido y por recorrer.

Específicamente, en lo que a la campaña respecta, Flat Heroes está compuesto por 10 mundos, cada uno con 15 niveles. De forma progresiva, el juego nos introduce a diversas mecánicas que hacen de cada nivel un reto más complicado que el anterior, pero lo hace muy naturalmente y sin necesidad de enrevesados sistemas para lograrlo. Y es que, insistimos, el estudio abogó por el minimalismo como principal pilar de su estructura, y lo lúdico no se exentó de ello: tan sólo podemos saltar, adherirnos a las paredes, movernos en las cuatro direcciones básicas y, como únicos aspectos particulares, impulsarnos en el aire y expulsar una onda de fuerza que repele, o destruye, lo que contacta. A través de estos simples movimientos, se abre un abanico de posibilidades sencillamente increíble que funciona de manera íntegra y que nos mantiene en constante vilo por lo que vendrá en el próximo nivel.

Siendo más precisos, los obstáculos son variados y, de principio a fin, descubriremos nuevos parapetos. Al comienzo, la adversidad es tan sencilla como sortear proyectiles dirigidos en una dirección inamovible pero, posteriormente, cada recuadro se convierte en un popurrí de elementos en donde hemos de eludir bolas que rastrean nuestra última posición antes de embestir con suma rapidez, cuadros que se expanden en grandes dosis del perímetro, flechas que rebotan en múltiples ocasiones en las cuatro paredes, bombas que se aproximan hacia nosotros y explotan... Estos son solamente los primeros enemigos que enfrentarán durante la extensa retahíla de encuentros, pues el número, la variedad y la creatividad crecen conforme vamos avanzando.

Ardua y diversificada dificultad

Aun así, el pináculo del desafío está en el último nivel de cada mundo: el jefe final. Todos cuentan con su respectivo guardián que buscará encargarse de que no podamos proseguir con nuestra cruzada, normalmente con una temática relacionada a la mecánica a la que se nos introdujo en el universo en cuestión. En estos combates, encontramos el punto más álgido de la dificultad de Flat Heroes, además del más interesante en términos de ingenio de diseño. Paradójicamente, también representan uno de los problemas primordiales que alberga el juego: en momentos, los cuales son comunes de experimentar, la dificultad sufre un alza cuantiosa y es posible frustrarse al no ser capaces de superar la valla.

Lo previamente comentado es un punto de ineludible mención y énfasis porque, para aquellos que no sean muy diestros en los títulos de plataformas, ni el milimétricamente preciso control de nuestro cuadrado será capaz de facilitar el avance en caso de hallarse estancados. Un punto que busca mermar este desliz, y lo logra con parcial soltura, es el renacimiento instantáneo, pues ni siquiera tienes un momento para pensar o desilusionarte porque, justo tras morir, ya estás de nuevo en el juego. Esto no sólo ayuda a que siempre sintamos la sensación de 'vale, una más' que tanto enganche puede generar sino que, respecto al inconveniente estipulado, logra apaciguar el tedio y centrar la atención en intentarlo nuevamente, por lo que el contrapeso existe y es notorio.

Adicionalmente, para aquellos que el extenso número de niveles no sea suficiente, Parallel Circles ha desarrollado una serie de modos añadidos que agregan aún más utilidad de vida a la obra. Junto a una estructura paralela de desafíos, asimismo existe una modalidad de supervivencia que pone a prueba nuestra capacidad de soportar el asedio de las amenazas durante el mayor tiempo posible, aunque, sin dudas, el más interesante de los modelos extra es el de batalla, el cual nos permite combatir contra tres cubos más por medio de la recalcada habilidad de la onda expansiva. En tal sentido, o sea, el cooperativo, también disfrutaremos de la posibilidad de superar todos los niveles junto a, como máximo, tres compañeros, faceta en la que la diversión está asegurada.

Flat Heroes 3

Un plataformas a tener en cuenta

Aunado a su sutil pero maravilloso apartado visual, no caben dudas: Flat Heroes es un heraldo de su linaje que merece nuestra recomendación, incluso una merecida descripción como uno de los mejores de su clase de este 2018. La industria española puede regocijarse de tener exponentes que no sólo han cubierto los flancos en géneros como las aventuras gráficas o el RPG sino que, ahora, cuentan con un digno representante más en otro estilo de interacción. Un producto que, con sencillez desde cualquier punto de vista, ha logrado alzarse con grandeza.

Redactado por:

Politólogo a tiempo completo, economista a tiempo parcial. Asiduo al medio interactivo por su capacidad de hacernos vivir las historias, no contarlas. Joven venezolano amante de Bad Bunny, Itachi y los RPGs que busca cooperar en la evolución de una industria huérfana de horizontes.