Análisis Mini Ghost
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Análisis Mini Ghost

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Son un sinfín de desarrolladores indie los que quieren mostrar cómo era un videojuego de antaño, de aquella época de Spectrum y demás joyas que, a día de hoy, arraigados en otra época, gran parte del público no conoce. En el caso de Fran Téllez, creador del imperdible Unepic y de su obra más reciente, Ghost 1.0, ha querido echar la vista atrás para ofrecer una reversión de Ghost 1.0 con la estética y toda la sensación de ponerte delante de un juego de MSX. Esto es Mini Ghost.

La felicidad en frasco pequeño

Fran Téllez ya demostró con Unepic que era capaz de crear un videojuego atractivo, sencillo en sus mecánicas, con un gameplay que invitaba a seguir jugando. Con Ghost 1.0 hizo lo propio, pero con unas mecánicas un poco más complejas, cosa que Mini Ghost no ejecuta en absoluto.

La época de MSX —a pesar de la espectacularidad que levantaba en su época— es simple, con unas mecánicas nada complejas, fácil de jugar y sencillo en su propuesta. El estilo metroidvania es algo que apareció más tarde, mucho más allá de la época de MSX, aun así, en Mini Ghost es el estilo que define al propio videojuego. Lo que supone ir avanzando por niveles, hacernos con ítems, y completar el videojuego a medida que vamos liquidando enemigos a base de un título que mezcla la sucesión de habitaciones con la acción y las plataformas.

Catalogada como una aventura plataformera, Mini Ghost está adaptada como una mini precuela de Ghost 1.0, y manejaremos a Ghost en su primera misión. La historia no presenta complejidad alguna, simplemente se nos van presentando las distintas habitaciones —alrededor de las 100— mientras vamos combatiendo contra los enemigos que habitan en estas, incluyendo cuatro feroces jefes finales.

Mini Ghost

El gameplay se antoja sencillo de ejecutar, pero no es una tarea simple a la hora de ir avanzando por los distintos niveles que ofrece el videojuego. Los primeros compases del título nos sirven para familiarizarnos con los controles, el entorno, algunos ítems, y las primeras tiendas donde comprar algunas mejoras para Ghost con los cubos que vamos recogiendo por las distintas habitaciones y que sirven, como no podía ser de otra forma, para comprar estos preciados objetos. Los enemigos no van más allá de ser unas máquinas que solo tienen movimiento y que, rara vez, disparan contra nosotros. En este punto puede que pensemos en Mini Ghost como un juego fácil y sencillo, pero su dificultad —aunque ni mucho menos un suplicio para ser superada— va aumentando y a los pocos minutos de juego ya podemos observar nuestros primeros problemas; enemigos que lanzan misiles, trampas ocultas que nos la jugarán y perjudicaran nuestros puntos de salud, y por supuesto, los temibles jefes.

Todo esto está sumado a que el videojuego sigue en todo momento la filosofía “mini” y, como no podía ser de otra forma, en la duración del título también se ve presente. Mini Ghost no te quitará más allá de un par de horas de juego, pero es algo que se ve compensado con la relación calidad-precio —apenas cuesta dos euros— y con la infinidad de opciones que ofrece más allá de terminar los niveles principales. Un ejemplo perfecto es el de los amantes del speedrun, que tendrán a su disposición la posibilidad de combatir contra otros speedrunners y conseguir ocupar la primera posición del ranking general del juego en el modo dedicado a esta forma de disfrutar de los videojuegos.

Otra opción, de lo más curiosa, es el modo “trolea a tus amigos”. Esta opción funciona con aquellos amigos que estén jugando a Mini Ghost al mismo tiempo que lo estés haciendo tú. Con un modo espectador, sacaremos todo nuestro arsenal de maldad gracias a poder dispararle cosas, elevar la dificultad de nuestros enemigos o alterar el mapa como queramos para hacerle caer en nuestras propias trampas. Divertido de usarlo, desesperante sentirlo.

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Por si toda esta recopilación de cosas no fuera suficiente, Mini Ghost da la posibilidad de crear niveles y nuestros propios personajes jugables. A través de un sencillo editor, podremos recrear todo aquello que se nos pase por la mente y disfrutar de algún nivel creado por la comunidad mientras disfrutamos de una partida con Samus Aran, Vault Boy, Solaire e incluso personajes patrios como Don Ramiro de Maldita Castilla.

Conclusiones

Mini Ghost es un pequeño juego con grandes posibilidades. Sencillo, nostálgico, abundante en la posibilidad de crear contenido, y hecho con un gran mimo como homenaje a una excelente época. Fran Téllez ha vuelto a crear otro juego estupendo que no solo se queda en ser divertido, sino que además es barato.

Redactado por:

Amante de la música en todos sus formatos, un enfermo de esos que dicen en la televisión de los videojuegos y devorador de cacahuetes.