Una sublime renovación: Analizamos Locura en la Feria Negra, lo nuevo de Hearthstone

Luego de que Cenizas de Terrallende y Academia Scholomance se encargasen de dinamizar el metajuego de Hearthstone a lo largo del año, es el turno de Locura en la Feria Negra, su nueva expansión, de ser la protagonista. El Año del Fénix ha sido uno de gran calidad y, desde Blizzard, pretenden cerrar con broche de oro a través de su nueva adición de contenido, la cual integrará no solo las usuales mecánicas y cartas inéditas sino que, además, traerá consigo algunas de las modificaciones más sustanciales que ha recibido el título en su historia. Locura en la Feria Negra es, sin lugar a dudas, una renovación sobresaliente que marcará un hito en la entrega.

¿Qué hay de nuevo en la Taberna?

En congruencia con lo anterior, la principal distinción que existe entre Locura en la Feria Negra y sus predecesoras es que, en lugar de 'solo' añadir una nueva palabra clave y más cartas, ha integrado una considerable cantidad de elementos completamente inéditos. Los primeros y más destacables son, sin lugar a dudas, el actualizado sistema de misiones y recompensas y Duelos, un inédito modo de juego. Gracias a estas dos variables, la desarrolladora ha sido capaz de ensanchar la capacidad que Hearthstone tiene para entretener, siendo que el título se siente más fresco que nunca en sus años de vida.

Por su parte, es imperativo mencionar que la obra ahora cuenta con un símil del usual Pase de Batalla avistado en productos como Fortnite y Warzone. Bajo el nombre de 'Mapa de recompensas', los usuarios tienen acceso a un nuevo sistema de misiones diarias y semanales que les permitirán progresar a lo largo del mismo, obteniendo beneficios como paquetes, oro y hasta legendarias. Incluso, si se desea invertir el dinero necesario, esta progresión implicará inéditos marcos de héroe sumamente asombrosos, de modo que finalmente Blizzard ha resuelto en simultáneo dos de las críticas más comunes: la falta de incentivos reales para jugar y la reducida personalización de los personajes.

Asimismo, se ha adicionado un sistema de logros que nos convidan a objetivos generales como cumplir cierta cantidad de misiones semanales y objetivos específicos como usar una carta en particular, ganar enfrentamientos en Arena -un modo de juego que se espera que reviva a razón de este modelo- o llegar a una determina cantidad de victorias en Duelos con una determinada clase. Estos logros traen consigo tanto puntos para el desarrollo del Mapa de recompensas como paquetes de cartas y demás elementos, conformándose además en un también renovado sistema social que nos da la oportunidad de ver y compartir nuestras estadísticas.

En lo que a Duelos se refiere, se trata de una innovadora modalidad que combina la estructura de Arena, el juego construido y la clasificación de Campos de batalla, convirtiéndose en una de las integraciones de mayor relevancia y calidad de toda la expansión. La disposición de nuevos poderes de héroe, cartas y habilidades pasivas especiales y mazos con sets de cartas que fusionan expansiones actuales con las que ya están fuera de rotación dan origen a un modo que, a diferencia del juego tradicional, es capaz de ofrecer enfrentamientos increíbles, especialmente debido a que abraza con plenitud una fórmula donde el techo de poder de cada carta y cada interacción es muchísimo más alto.

Básicamente, Hearthstone ha decidido adaptar la exitosa filosofía de los multijugadores contemporáneos a su propuesta; una transformación que se llevaba esperando desde la comunidad desde hace mucho, mucho tiempo. De la mano del juego con rango, Campos de batalla, Duelos y el actual sistema de recompensas, es posible que no nos equivoquemos al afirmar que nunca en la historia del multijugador ha habido tantos motivos de peso para disfrutar de él. Lo mejor de todo, sin embargo, es que la plétora de inclusiones no ha inhibido a Team 5 de integrar un nuevo set de cartas que, como sus antecesores, cumple de forma fenomenal.

Bienvenidos nuevamente, Dioses Antiguos

Tal y como se lee, los Dioses Antiguos, quienes ya protagonizaron una de las expansiones más memorables en el pasado, han regresado. Una vez más, C'Thun, N'Zoth, Y'Shaarj y Yogg-Saron llegan en forma de cartas legendarias en torno a las que todas las clases pueden construir mazos enteros, y los arquetipos son, como en su momento, ciertamente entretenidos. Esto último, cabe destacar, también se debe a la nueva mecánica, Corrupción, que permite hacer jugadas de poder de impactante magnitud; a diferencia de Cenizas de Terrallende y Academia Scholomance, Locura en Feria Negra apuesta por un metajuego más centrado en el control que en el tempo o el aggro.

Y, al igual que han regresado los Dioses Antiguos, asimismo podemos vislumbrar el regreso de icónicos arquetipos como Cazador de últimos alientos, Sacerdote de resurrección, Mago de secretos y más, pero con renovaciones que generan un equilibrio idóneo entre la nostalgia y la frescura. Claro está, como suele ser común al inicio de cada expansión, la comunidad aún se encuentra diseñando e imaginando los mejores mazos y combinaciones, pero los primeros compases de experimentación ya han arrojado esbozos de cómo será el metajuego en el futuro. No obstante, ya podemos anticipar que, siguiendo la estela hasta ahora afianzada en el Año del Fénix, será magistral.

Locura en la Feria Negra, ¿broche de oro al mejor año de la historia de Hearthstone?

Es axiomático asegurar que una valoración como 'el mejor año de la historia de Hearthstone' es subjetiva y, por lo tanto, se corresponde al juicio de cada jugador. No obstante, al final del día, es imperativo reivindicar a Locura en la Feria Negra como una de las expansiones de mayor relevancia en la trayectoria del título de cartas, especialmente porque se ha encargado de arrojar al videojuego fuera de su estática zona de confort. Ahora, existen más razones para acceder a la Taberna cada día y existen más opciones de juego que trascienden del construido tradicional, pero se mantienen las claves ineludibles de la obra como su excelencia audiovisual y su creatividad al momento de diseñar nuevos ejemplares.

La conclusión, pues, es que el Año del Fénix no pudo haber encontrado un protagonista mejor para su culmen y, consecuentemente, Hearthstone ha logrado ubicarse en la cúspide más alta de sus propias capacidades. Aunque tomó tiempo, Blizzard rompió con la comodidad que ofrecía una propuesta base más que sólida pero eventualmente fatigante para los más asiduos, renovando el título en el momento preciso para que renazca el apego de su población fiel. Estamos, por ende, ante la expresión más variada y divertida de la producción, y ante el inicio de un nuevo período que, creemos, marcará un antes y un después en su historia.