¿El peor episodio de Watchmen?

Tras tres semanas recibiendo un baño de sorpresas, grandes escenas, y monólogos magnánimos, Damon Lindelof afloja el lazo. "Watchmen" se estrenó por todo lo alto con un episodio que planteaba tantas preguntas como suspense, y durante los siguientes capítulos lograba mantener el interés gracias a una elegancia narrativa solo propia de él. Sin embargo, con la llegada del cuarto episodio el avance tanto de la trama principal como de las secundarias se ha estancado.

“If You Don’t Like My Story, Write Your Own” no es una completa pérdida de tiempo, pero sí se siente como una transición a lo que será el verdadero núcleo temático de la adaptación. Como consecuencia, el showrunner regala escenas que no aportan nada nuevo, conversaciones que se dedican a reiterar ideas y conceptos ya fritos, y revelaciones a medio cocer. Solo Lady Trieu rompe esa monocronía, pero ni siquiera su presencia es capaz de sostener al resto de la producción.

¿Qué se puede rescatar? La mencionada presidenta de la compañía Trieu ofrece un hilo que resulta sugerente. ¿Qué dejamos a los demás? ¿Qué valor tiene una herencia? Durante la escena introductoria, este personaje interpretado por Hong Chau protagoniza uno de los momentos estelares de la semana. Los Clark, una pareja humilde del rural estadounidense, le abre las puertas de su casa a una mujer que pretende comprar el terreno a cambio de la entrega de un hijo. "El legado no está en la tierra. Está en la sangre". Sus palabras sin embargo no dejan de esconder la hipocresía déspota del capitalismo más salvaje.

La posterior llegada de Angela y Laurie al Reloj del Milenio también deja interesantes semillas en torno a la que parece colocarse como antagonista de la serie. De camino a la torre, Lindelof tiene un pequeño gesto con los fans regalando información relacionada con los cómics. Petey le cuenta a Sister Night la historia de los padres de Laurie; cómo Comediante intentó violar a la Espectro de Seda original durante la década de los 40. Eso sí, esta "Watchmen" sigue sin llamar a las cosas por su nombre. ¿Es Black realmente Espectro de Seda II?

Parece que el showrunner todavía no quiere destapar esa sorpresa, y opta por seguir calentando el horno para lo que sucederá en próximas semanas. Lady Trieu, quien recibe con evasivas y prepotencia a las agentes, mantiene una misteriosa relación con Will. El cómo y el qué de ese acuerdo por el momento se desconoce, pero poco a poco va quedando más claro que el personaje de Regina King tendrá que terminar eligiendo entre la mentira que ha vivido durante años, o esa realidad escupida por su abuelo.

¿Y qué pasa con Adrian Veidt? Claro, la presencia de este excéntrico personaje tampoco falta a la cita. Primero aparece retratado como una figura pomposa en las oficinas de la propia Treau, y posteriormente protagoniza unos minutos más de ese oasis narrativo en el que Lindeloff está experimentando. Llama la atención la reacción que Laurie tiene ante la figura con el rostro envejecido de quien antaño fuera Ozymandias. ¿Hace cuántos años no le ve? ¿Por qué tiene la presidenta un homenaje del hombre al que mandó a la ruina?

"Watchmen" quiere coger impulso de cara a su segunda mitad, y prefiere distraer con fuegos artificiales. Eso sí, los del cuarto episodio son dignos de mención. Por fin se muestra cómo Adrian crea a sus muchos clones; pesca del río fetos que posteriormente hace crecer en una de sus misteriosas máquinas. Jeremy Irons, además aprovecha para confirmar sus intenciones de escapar de ese palacete haciendo uso de Mr. Phillips y Ms. Crookshanks. ¿Y si mueren? Da completamente igual. "Para vivir se necesita un propósito, y ustedes no tienen".