Cuando uno piensa en el acto de hackear, normalmente la mente prefiere pensar en aquellas escenas hollywoodianas que optan por representar el mundo de la informática como algo completamente ajeno a lo que en realidad es: una persona tecleando frente al ordenador mientras las horas del día pasan a un ritmo más rápido del que sería normal en otras circunstancias. Es por ello que, teniendo en cuenta que es mucho más atractivo ponernos en la piel de un agente de la revolución que de alguien que se dejará la vista frente a una maraña de líneas de código, Ubisoft haya querido volver a recurrir a esta visión de los hackers en Watch Dogs Legion.
El caso es que tuvimos la oportunidad de probar la nueva entrega de la franquicia en una demo en la que pudimos catar un poco de todo: desde un puñado de misiones principales de la aventura hasta ese innovador sistema de reclutamiento que promete convertirse en una de las señas identitarias de Watch Dogs Legion. De esta manera, os invitamos a acompañarnos durante las siguientes líneas para descubrir cómo es la nueva aproximación de Ubisoft al mundo de los cortafuegos informáticos, el crimen organizado a través de la red y las distopías opresivas ultratecnológicas.
Watch Dogs Legion nos transportará a una Londres del futuro en la que la población estará lo bastante cansada de la situación como para animarse a subirse al barco de la revolución a la primera de cambio. Y, si decimos esto último, es por la idea de que la ambientación de esta tercera entrega de la saga se encuentra a medio camino entre aquella reflexión más adulta sobre la opresión del primero y la visión desenfadada y rebelde de Watch Dogs 2.
Watch Dogs Legion presenta un mundo abierto que es lo bastante efectivo a nivel inmersivo como para ser capaz de acoger un poco de ambos mundos: la tercera entrega de Ubisoft nos planteará una distopía futurista a la que no nos convendría llegar en la realidad, pero siempre con un característico sentido del humor y una serie de matices argumentales que intentarán relativizar lo que supondría reaccionar ante un devenir que nos plantea un mañana más oscuro del que parece.
La jugabilidad de la franquicia de Ubisoft ha ido perfilándose con el paso del tiempo hasta esta tercera entrega en la que las mecánicas de hackeo han sido algo simplificadas de cara a ofrecer una experiencia más sencilla de entender desde el primer momento. Pero que esto último quede lejos de cualquier malinterpretación posible: las posibilidades que ofrece Watch Dogs Legion a la hora de encarar una misma situación son tantas o más como en sus antecesores.
Con esto último nos referimos a que, a pesar de que Ubisoft haya hecho un ejercicio encaminado hacia la minimalización con el que eliminar de la ecuación aquellas opciones que no aportaran una experiencia relevante a la fórmula jugable de su propuesta, lo cierto es que se nota que Watch Dods Legion es un juego más efectivo en lo jugable que los anteriores; algo que logra, en primer lugar, por ser sumamente respetuoso con algunos conceptos clave de la saga.
Aquellos que se adentrasen en esta última por la variedad de maneras que propone a la hora de afrontar una misma situación quedarán satisfechos: en Watch Dogs Legions podemos ser el hacker que nosotros queramos; desde aquel que opte por asaltar una base enemiga a tiro limpio hasta el que decida infiltrarse en ella haciendo uso de los hackeos y los gadgets tecnológicos.
Es verdad que existen algunas opciones nuevas como, por ejemplo, la posibilidad de utilizar un dron volador para colarnos en lo alto de un edificio sin ser detectados, pero lo cierto es que Watch Dogs Legion, en aquello que es ajeno a su sistema de reclutamiento del que hablaremos un poco más abajo se refiere, opta por el continuismo y la refinación de una fórmula que ya funcionaba: desde plantear un mundo abierto repleto de misiones y tareas que llevar a cabo hasta unos sistemas de infiltración y tiroteos que ofrecen, ni más ni menos, lo que puedes esperar de ellos.
Watch Dogs Legion se centra en la refinación de una fórmula que ya funcionaba en la anterior entrega de la saga
La gran sorpresa de Watch Dogs Legion, aquel conejo que Ubisoft se guarda en la chistera con el juego, es ese sistema de reclutamiento que la compañía gala ha presentado como la principal novedad de esta nueva entrega; algo que no resulta extraño, dado que se iba haciendo cada vez más evidente conforme jugábamos que, efectivamente, Watch Dogs Legion no sería lo que es sin este sistema.
Para comenzar a hablar de él, creo que es importante lanzar una respuesta ante una de esas preguntas que es lógico hacerse ante lo inicialmente inverosimil que parece la premisa de principal de Watch Dogs Legion: sí, se puede reclutar a cualquier NPC que encuentres por la calle para utilizarlo como personaje jugable en cualquier momento de la aventura.
No obstante, los responsables de Watch Dogs Legion han intentado dar un paso más allá al tratar de ofrecer la posibilidad de que este sistema se encuentre perfectamente integrado dentro del juego y, por tanto, que no parezca una protésis que se encuentra ahí solo para ensalzar su jugabilidad; algo que se ha logrado al introducir un sistema en el que cada personaje del mapa tendrá su propia vida y primero deberemos solucionársela si queremos que se una a nuestras filas.
Cada NPC de Watch Dogs Legion ofrece una suerte de misión secundaria que deberemos llevar a cabo para que su simpatía hacia DeadSec, la organización a la que dedicamos nuestro entusiasmo y ganas de propagar el caos, aumente de cara a que esta les parezca una facción lo bastante atractiva como para querer formar parte de ella. No obstante, aquellos que ya se hayan agobiado ya al imaginarse a sí mismo saturados al no saber hacia qué personaje de la ciudad acercarse están de suerte, dado que Ubisoft ha pensado en un sistema en el que resaltar en el mapa aquellos NPCs que cuentan con mejores habilidades para la infiltración, el hackeo o el combate.
Esto último, además, nos da la excusa perfecta para comentar que cada uno de los reclutas que se unan a Deadsec y que iremos controlando a lo largo de la aventura contarán con habilidades características y únicas, lo cuál generará una situación jugable en la que las opciones a la hora de afrontar una misión se multiplican aún más: desde un albañil que puede llamar a un dron volador con el que surcar los cielos de la ciudad hasta una apicultora que es capaz de invocar un ejército de abejas robot asesinas... jamás pensé que utilizaría estas tres últimas palabras en una misma frase.
La sensación que me transmitió Watch Dogs Legion después de jugarlo fue que Ubisoft sigue intentando acertar justo donde se encuentra apuntando con una saga cuya ambientación, tono narrativo y jugabilidad han variado bastante de una entrega a otra. No obstante, este tercer capítulo pone de manifiesto a cada pocos minutos que es el disparo que más se acerca a lo que la compañía gala estaría tratando de crear: una alternativa dentro dentro del género del mundo abierto cuya identidad se acaba irguiendo a través de un proceso natural y no como respuesta a lo que ya hay en el mercado.
Watch Dogs Legion es un título que, según parece, toma la decisión consciente (y muy acertada) de quedarse a mitad de camino entre las dos primeras entregas de la saga en cuanto a cómo quiere presentar su distopía y, sobre todo, a la hora de respetar las herencias jugables de sus predecesores al mismo tiempo que abre puertas a nuevos terrenos que merece la pena explorar.
Por otro lado, no podía acabar estas impresiones sin llevar a cabo un acto de pura sinceridad: Watch Dogs Legions parece conformarse como una mezcla entre lo serio y lo rebelde; entre lo sociopolítico y lo desenfadado; entre ser un terrorista cibernético por el bien común y hacerte fingir que lo primero que harás no será arrasar con una base enemiga en la piel de una persona de la tercera edad por los memes y las risas... a quién pretendemos engañar.
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