Como una vasta cantidad de individuos en el planeta Tierra, la pandemia me hizo explorar abismos que no pensé que alcanzaría jamás. Entre los cientos de fosas internas que indagué, una de las más prominentes fue mi regreso al anime, uno de los pasatiempos de mi infancia que, por diversas cuestiones de la vida, había dejado en el pasado. No obstante, estoy sumamente contento por haber retomado el hobbie, aunque estoy aún más deseoso de encontrar la manera de fusionarlo con los videojuegos.
En este sentido, múltiples de mis franquicias favoritas han dado el salto del sector de los videojuegos al sector de la animación. Dragon's Dogma, Dota, Castlevania y The Witcher son tan solo una reducida plétora de ejemplos que, en mayor o menor medida, reflejan la diversidad de formas y logros que se pueden alcanzar en el paso de un ámbito a otro, llevándome a imaginar qué otras sagas podrían replicar la práctica. Por lo tanto, he aquí mi top 5 de franquicias de videojuegos que, considero, se merecen su propio anime.
Después de maravillarme recientemente con Darksiders: Genesis, y de pasar horas y horas de mis madrugadas posteriores indagando aún más sobre el complejísimo y atrapante lore de la franquicia, Darksiders es la propiedad intelectual que más me gustaría ver convertida en anime. El trasfondo de la historia de los Jinetes del Apocalipsis, con su vasta y variada mitología con un sinfín de personajes e historias maravillosas y desconocidas, puede dar contenido suficiente para producir decenas de temporadas de cualquier tipo, las cuales vería con religiosa regularidad.
De forma semejante a Darksiders, Deus Ex es una de esas sagas cuya profundidad contextual puede originar con suma facilidad una cantidad indeterminada de contenidos de todo tipo; películas, animes, live-actions, cómics... ustedes digan. Con la capa extra que añade a la ecuación el hecho de ofrecer una de las narrativas más emblemáticas y sustanciosas en términos de mensaje y críticas, es difícil imaginar una razón para contrariar el anhelo de que trascienda de su excelencia como videojuego hacia otros medios.
No obstante, en lo que a diversidad se refiere, Borderlands se erige como una de las sagas de videojuegos con una mayor cifra de variantes argumentales por las que apostar. Siendo que la absoluta totalidad de sus personajes son magníficos y cuentan con historiales llamativos pero escasamente profundizados, su anime podría hacer maravillas al momento de extrapolar la identidad y el humor característicos de la IP. Además, volver a ver a Claptrap es una situación por la que pagaría en toda dimensión existente.
Como fanático exacerbado y públicamente admitido de Dishonored que me considero, no existe la palabra 'demasiado' en 'cuánto contenido de Dishonored me gustaría consumir'. Incluso sin necesariamente aludir a las figuras tradicionales como Corvo y Emily, el mundo de la creación de Arkane Studios tiene la riqueza suficiente para mostrarnos mil y un historias tan distintas como emocionantes. Además, es sabido que El Forastero ha marcado a cientos de individuos, por lo que narrativas de poder y traiciones podemos recibir a mansalva.
Seré sincero: Dark Souls no necesita más apariciones. La Ciudad Anillada cerró perfectamente lo que debía ser cerrado, y no es necesario seguir desarrollando una historia que ya está completa. Sin embargo, volveré a ser sincero: ¿quién no querría una serie con los orígenes del universo de la saga, viendo a personalidades como Gwyn, Ornstein y Artorias en su máxima expresión? ¿O conocer más sobre la historia de las entidades más enigmáticas como Velka, Lloyd y el Rey sin nombre? Si a ello le sumamos la espectacularidad visual que la animación puede otorgar al ocasionalmente ortopédico estilo de la franquicia, tenemos un cóctel idílico para crear una verdadera obra maestra. Otra vez.
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