Blizzard ha tenido unos últimos meses sumamente complicados. Desde el año pasado, cuando descubríamos especulaciones de que la compañía estaría pagando a sus empleados para renunciar o que el próximo Diablo sería un juego de móviles, la longeva desarrolladora y editora ha afrontado un 2019 muy turbio, empezando con la separación de Activision Blizzard con Bungie y Destiny y continuando con noticias como el despido de 800 empleados. Quizá como consecuencia, o no, de lo narrado, en el mes de abril, Mark Morhaime, uno de los tres fundadores de la empresa y otrora CEO de la misma, renunció; y, ahora, le sigue Frank Pearce, otro de los fundadores.
Así lo ha comentado el propio directivo a través de una entrada en el blog del equipo, donde habla de sus tres décadas dentro de la agrupación. "Mi tiempo en Blizzard enmarca la totalidad tanto de mi carrera profesional como de mi vida adulta. Tengo un sinfín de recuerdos. Trabajar con los mejores desarrolladores del mundo en las mejores franquicias del mundo definitivamente sobresale. Incluso aún más prominentes son mis recuerdos de nuestra primera BlizzCon, donde me di cuenta de la importancia especial de las personas y de las comunidades que se habían vuelto parte de la experiencia de nuestros jugadores", comentó.
Por otra parte, Pearce no determina si continuará con otros proyectos o en otras empresas, mas lo cierto es que, de los mencionados tres fundadores de la marca, solo resta Allen Adham, quien renunció a la misma en 2004 y volvió en 2016. Así, la gran cantidad de pérdidas, tanto en personalidades de renombre como de otros aspectos, afianzan la idea de que la situación de Blizzard está aún más crítica de lo que parece, incluyendo comentarios de extrabajadores que proyectan un horizonte muy gris para los autores de Overwatch, Hearthstone y World of Warcraft.
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