Aunque se vendió como una película, ni Vince Gilligan ni Aaron Paul terminaron nunca de renunciar a su verdadera naturaleza. "El Camino" resultaba ser más un epílogo totalmente dependiente de "Breaking Bad", y claro, su éxito o fracaso también dependía por completo de la base de fans de la serie que terminó el pasado 2013. Algo que tras una semana del estreno, ahora demuestran las primeras cifras de audiencia.
Rompiendo con su oscurantismo, Netflix revelaba este jueves algunos datos interesantes de sus producciones más recientes. Para el caso de la cinta protagonizada por Jesse Pinkman, dibujaba un panorama increíblemente positivo; tal y como recoge Deadline, la película de la saga consiguió una media de 6,5 millones de espectadores por minuto durante sus primeros tres días en Estados Unidos. De toda esa audiencia, 2,6 millones se congregaron el 11 de octubre, propiciando el total sumado de 8.2 millones.
Y aquí viene la magia. Poniéndolo en perspectiva, "El Camino" ha logrado obtener resultados similares a uno de los mejores momentos de la propia "Breaking Bad". La serie no consiguió superar la barrera de los 5 millones de espectadores hasta alcanzar la segunda mitad de la última temporada, con el episodio "Blood Money" sumando 5,92 millones. En cuanto a demografía, Nielsen distribuye al 40% público en un grupo de entre 18 y 49 años, y aun 30% del mismo en un tramo de 18-34 años.
Eso sí, hay que tener en cuenta que los suscriptores de Netflix en Estados Unidos solo representan un 40% del total de clientes que posee actualmente la compañía a nivel internacional. Lo que no hace menos meritorio estos resultados. ¿Ha sido la película innecesaria? Independientemente de análisis más profusos, para Gilligan y la plataforma de streaming los números ya avalan el proyecto.
"El Camino: Una película de Breaking Bad" cuenta en su reparto con el mencionado Paul repitiendo papel, y además también con Jonathan Banks (Mike), Jesse Plemons (Todd),Charles Baker (Skinny Pete),Matt Jones (Badger),RobertForster (Ed),Tess Harper (Mrs. Pinkman), y Kevin Rankin (Kenny). Y por encima de todos ellos, haciendo de pegamento nostálgico,Krysten Ritter, y sí, el propio Cranston.
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