Lleva haciéndolo toda la temporada, y claro, no iba a cambiar de actitud en la recta final de la serie. Los guiños, easter-eggs y referencias a la cultura pop y al material de Alan Moore son una constante en la última adaptación de "Watchmen". Cosa que se ha reducido notablemente en el episodio 8, por cuestiones narrativas, pero que ha podido dejar uno de los diálogos más interesantes de la conversación entre Angela y Jon Osterman. ¿Por qué el título de esta semana es "A God Walks in to a Bar" (Un dios entra en un bar)?
Ni sorpresa ni estupor, la actitud de ella ante la explicación estrambótica de ese ser azul es jocosa. Angela no puede creer todo lo que le está contando Doctor Manhattan, y se pasa casi todo el encuentro respondiendo con bromas e ironía. En una de esas embestidas dialécticas, el personaje de Regina King recurre a algo llamado el "rollo de Zeus"; un individuo poderoso se camufla entre las razas inferiores para satisfacer sus deseos. Algo similar a lo que está haciendo Jon al volver a la Tierra para encontrase con ella.
En la mitología griega, Zeus se convertía en un cisne y bajaba del Olimpo para que nadie le reconociera. Jon salió del Edén creado en Europa, para encontrarse con su amada. El punto de conexión se manifiesta con la intención que este tiene de camuflarse adoptando la fisionomía del hombre con el que Angela se sienta más cómodo. Y ahí termina aparentemente la referencia. Sin embargo, la cabeza de Lindelof funciona a revoluciones mucho más elevadas que la de cualquier otro cineasta.
Con el título del episodio "Un dios entra en un bar", el showrunner está haciendo un guiño directo a "Matadero cinco", la obra más famosa del escritor Kurt Vonnegut. En ella, el escritor refleja sus propias experiencias durante el bombardeo aliado de Dresde en la Segunda Guerra Mundial, recreando a un protagonista -Billy Pilgrim-, que hace las veces tanto de narrador omnisciente como de jugador partícipe de los eventos. Con esa figura tan ambigua, Vonnegut despliega una crítica hacia la Guerra de Vietnam (presente en el momento de publicación), y hacia la barbarie del ser humano. ¿Qué tiene que ver con "Watchmen"?
Damon Lindelof recupera el juego temporal que ya empleó en el emblemático episodio de "La constante" de "Lost", para trazar un círculo similar al que el novelista americano emplea en su historia. En esa, Bill entra en contacto con los tralfamadorianos, unos extraños seres capaces de percibir la cuarta dimensión. Inicia un viaje a través del tiempo controlado por estos seres, manifestando la complejidad del universo bajo un paraguas nihilista. El espectador ve a Jon igual que a Bill; manipulando la cuarta dimensión desde una óptica pesimista, reflejando la futilidad de la existencia.
En un momento concreto, Doctor Manhattan asegura que la forma en la que los mortales percibimos el tiempo es confusa y frustrante. Él, como ser omnipresente, no entiende de pasado, presente o futuro. No existe el "momento" porque todo ya ha sucedido y sucederá. Por eso es capaz de acudir a Angela ya enamorado, porque aunque ella no se sacrificará por él hasta dentro de 10 años, en su mente ese sentimiento ya está inserto en su propia existencia. "Watchmen" alcanza una complejidad abstracta elevada, pero no pierde estilo.
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