Todas las grandes franquicias de la historia del cine o la literatura siempre han escondido un secreto que les ha hecho triunfar. Desde "El Señor de los Anillos" con Tolkien, el "Harry Potter" de Rowling, hasta incluso la saga galáctica de George Lucas, han hecho gala de una simplicidad a simple vista criticable. En todas estas obras, el bien y el mal quedaba claramente diferenciado, y los villanos siempre buscaban un egoísmo ulterior. A esta corriente tampoco se escapa la creación de Akira Toriyama, y sus personajes. Han pasado ya tres largas décadas desde que "Dragon Ball" llegó a nuestras vidas, y durante todos estos años hemos visto a Goku y compañía proteger la Tierra de las fuerzas del mal. "Luz, fuego, destrucción", de todos esos perjuicios ha sido salvaguardada la humanidad durante más de 500 tomos y 600 capítulos de anime. Sin embargo, la pureza de los héroes parece que está quedando en entredicha en el último arco de "Dragon Ball Super".
Estamos ante la primera ocasión de toda la serie en la que no hay una fuerza que amenaza el bien. Los Reyes del Todo han programado un torneo donde lo único que importa es su propio divertimento, y dónde los valores dejan paso a las transformaciones y los poderes. Eso es lo que hemos estado pudiendo ver a lo largo de estos últimos episodios en el Torneo por la Supervivencia del Universo. Goku, Gohan, y demás, como representantes del Universo 7, se han visto aquí enfrentados a los mejores luchadores de toda la galaxia. El binomio luz y oscuridad que había estado presente hasta hace poco (todavía más marcado con Goku Black), se rompe completamente dando lugar a un mero juego sustentado con la vida.
No es sorprendente, que después de tantos años, Akira Toriyama haya decidido dar un poco más de matiz al carácter afable de la serie. Si bien es cierto que la historia de Goku surgió dirigida para un público infantil, no han sido pocas veces las que hemos detectado ciertas señales que nos pusieron en alerta. Desde esa curiosidad pueril del joven Sayajin en la primera temporada con Bulma, pasando por la violencia descarnada de Raditz y Nappa a su llegada a la Tierra, y teniendo su máximo esplendor en la tiranía glotona del primer Buu, la serie nunca se ha olvidado de sus fans más adultos, y quizás ese haya sido precisamente su éxito hasta llegar a "Dragon Ball Super". Ahora es Toyotarō quien está al mando del futuro de la franquicia, pero la madurez de su autor sigue presente en el tono que están adquiriendo los acontecimientos.
En el episodio número 82 del pasado fin de semana, "Dragon Ball Super" parece que por fin se ha puesto interesante. Tras un enfrentamiento pautado entre los Universos 7 y 9, Goku, Gohan y Buu salían victoriosos en una especie de adelanto de lo que está realmente por venir. Pese a que parecía que el resto de espectadores habían quedado sorprendidos con la transformación del protagonista, Toppo, uno de los representantes del Universo 11 saltaba al ring para retar a Goku a un combate. Es en las motivaciones de este nuevo personaje donde podemos atisbar esa ruptura del bien y del mal. El misterioso luchador forma parte de la Patrulla del Orgullo, una organización responsable del orden en su universo.
Durante el episodio hemos podido ver un espectacular enfrentamiento donde ambos hacían gala de todos sus poderes, y quedaba demostrado que estaban al mismo nivel de fuerza. No es una sorpresa que Goku no haya podido derrotar fácilmente a Toppo después de que se diera a conocer el ránking de los universos partícipes de la competición. Al parecer, el Universo 7 es el segundo más débil de todo el torneo, y pese que en este combate el Sayajin se enfrentaba a un oponente superior, la pelea resultó en empate, cuando el Kaiyo Supremo decidión detener la posible destrucción de todos los que estaban allí. Las motivaciones de uno y de otro parecen ser las mismas, y durante el episodio podemos escuchar a Toppo repetir varias veces que solo pretende defender el bien y que Goku es un villano por perturbar la estabilidad. Pese a que el verdadero combate tendrá lugar en varias semanas, y que se enfrentarán todos los unviersos al mismo tiempo, Akira Toriyama parece decidido a romper el cánon con "Dragon Ball Super". ¿Conseguirá la llegada de Vegeta demostrar que las cosas no son tan sencillas?
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