Uno de los géneros más importantes en la industria cinematográfica es el de la animación para los más jóvenes de la casa: Disney, Dreamworks o productoras independientes trabajan anualmente en varios proyectos bajo este paraguas para buscar la rentabilidad que tanto se precisa en este negocio. Es esta la razón por la que las grandes plataformas de streaming, y sobre todo, Netflix, se han fijado en este modelo y ya tenemos los primeros apuntes sobre un futuro que redefinirá el cine de animación para siempre.
Ted Sarandos, co-CEO de Netflix, servicio que aspiró al Óscar en su categoría gracias a Klaus, ha explicado en una entrevista con Variety que el plan pasa por estrenar hasta 6 largometrajes animados originales al año: "nuestra ambición en este terreno ahora mismo no es solo dar un paso hacia adelante y ser tan grande como cualquier productora en la actualidad (...). Lanzar seis películas animadas al año es algo que nunca ningún estudio ha hecho, sin contar nuestro saludable catálogo de series de animación con el que contamos".
Netflix ha demostrado ser, cada vez más, una macroproductora que se alía con otros estudios para generar contenido propio en cantidades industriales: es difícil llegar al nivel que ha alcanzado esta plataforma de streaming, y tanto HBO como Prime Video, sus principales competidoras, se sitúan varios pasos por detrás a la espera de observar lo que hace su rival. Ahora bien, con el anuncio de Disney pasándose al streaming en muchos de sus estrenos, la hegemonía de Netflix puede estar en peligro.
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