Como muchos de vosotros sabéis, el pasado viernes día 22 de abril nos llegaba una de esas noticias que son tristes y duelen, no solo porque sean desagradables para todos nosotros, los que disfrutamos del mundo de los videojuegos, sino porque implicaba la marcha al paro de 18 de los más talentosos trabajadores de esta industria en España; hablo del cierre de la filial española Gameloft Iberica, ubicada en Valencia. Tal vez esto no os suene nuevo y es que esta multinacional que hace tan solo unos años era el referente mundial en cuanto a juegos de móviles ha cerrado recientemente estudios como los de Tokyo, Nueva Zelanda, Seatle o Nueva York, dejando en el paro a una cifra de trabajadores que supera los 850.
Sin embargo, no ha sido hasta hace unos días que hemos conocido, gracias a nuestros compañeros de Gamasutra, la trágica noticia del cierre de Gameloft Valencia. Este cierre repentino que ha pillado por sorpresa tanto a trabajadores como fans de su trabajo, no ha llegado exento de polémica y un buen puñado de acusaciones de diversos profesionales del sector de nuestro país hacia Gameloft. Por ello, hoy he querido escribir un pequeño artículo de opinión en el que traigo mi punto de vista al tema; un punto de vista que recalco desde ya, no tiene por qué tener nada que ver con el de la gente de dentro, ya que no he trabajado ni tenido relación alguna con Gameloft ni este incidente por lo que hablo como un espectador más.
En primer lugar, uno de los puntos por los que más se ha criticado recientemente a Gameloft en el cierre de todas las filiales que comentaba arriba y en la que España no ha sido una excepción, es en la estrategia económica que está siguiendo. Como todos bien sabéis, esta empresa ha sido uno de los referentes mundiales en juegos móviles, cosechando auténticas cifras astronómicas que, poco a poco, van dejando paso a unos números rojos que provocan la situación que vivimos actualmente. Gameloft, sin embargo, es una empresa de videojuegos que, como cualquier otra desarrolladora, no pone todo su dinero, sino que vive de sus inversores, que son los que, al fin y al cabo, aportan el capital necesario para producir un juego y, por tanto, beneficios.
Cuando esos beneficios no llegan, los inversores empiezan a retirar su capital, con lo que se hacen menos juegos, se generan menos beneficios y así sucesivamente, entrando en un círculo vicioso del cual no es nada sencillo salir. Pero Gameloft no se da por vencida y está intentando salvar el pellejo de la peor manera posible, deshaciéndose de su cola igual que las lagartijas cuando el depredador de turno las atrapa.
¿Cómo está intentando sobrevivir la empresa exactamente? Pues maquillando sus resultados. Es decir, si Gameloft tiene menos ingresos, lo que está haciendo actualmente es abandonar sus estudios dejando a cientos de trabajadores en el paro; de esta forma, a pesar de que los beneficios netos son los mismos, se ahorra el dinero de los sueldos de los estudios que funcionaban como filiales de la empresa. Así, los números finales, en porcentajes, quedan más maquilladitos y se garantiza el dinero de los inversores al menos un año más.
Pero todo este trabajo hay que suplirlo así que, ¿cómo lo hacen? A través de subcontratación. Bien, ahora que Gameloft tiene dinero de inversores pero no equipos para sacar juegos, lo que buscan son equipos pertenecientes a empresas especializadas cuyo salario, normalmente, es superior al del equipo original y su rendimiento, inferior. Sin embargo, esto no afecta al balance económico ya que al tratarse de subcontrataciones desde Gameloft lo toman como algo pasajero que dura el tiempo que cada proyecto pase en desarrollo y que no se refleja en el balance económico, impidiendo que el inversor pierda su confianza y retire el dinero, incluso si este nuevo equipo cobra más por 6 meses de trabajo que el estudio original por todo un año. Claro que solo hace falta un gran éxito de esos que hicieron de Gameloft lo que es hoy en día para recuperarse; sin embargo, parece que no acaba de llegar ese gran bombazo que salve a la compañía, ¿tendrá algo que ver que los nuevos estudios subcontratados tengan menor calidad?
Y esto, amigos, esto sí que es un círculo vicioso del que la empresa ya no puede salir, porque lo único que buscan es ir intentando sobrevivir año a año cerrando cada cierto intervalo de tiempo un nuevo estudio, y obviando si dicho estudio es tan reciente como el que se cerró en Seatle, que ni siquiera llegó a estar un año activo, o tan antiguo como el de Nueva York, que contaba con más de 15 años de experiencia. El resultado final solo puede ser uno: un montón de despidos y Gameloft acabando con el número mínimo de trabajadores. Claro que, mientras haya inversores como para seguir adelante un año más, todo vale, ¿verdad?
Pero, ¿qué es lo peor de todo esto? Pues que tras esos estudios que cierran hay gente que no tiene ni idea de los planes de los que están por arriba, de los que deciden qué estudio es prescindible para el próximo año y cuál no; y tal y como apuntan los últimos rumores conocidos de fuentes muy cercanas a Gameloft Valencia, los ahora ya extrabajadores de la empresa habían estado haciendo un buen puñado de horas extra últimamente para ultimar algún proyecto cuando, de repente, el pasado viernes se encuentran con las puertas de su lugar de trabajo cerradas para siempre; sin haber sido avisados con ningún tipo de antelación (entra dentro de la legalidad siempre y cuando se les remuneren los 15 días que la legislación marca como mínimos para el preaviso del despido). Tal es el engaño al que habían sometido a todos que, días antes de este incidente, la propia compañía ofertaba puestos de empleo en Valencia, dando cero pistas de lo que estaba a punto de venir.
Game Designer Intern en Gameloft Iberica (Valencia) https://t.co/OJLhgRb2yL #empleo
— Domestika Empleo (@domestikaempleo) March 10, 2016
¿Y por qué la mayoría de gente no sabe casi nada acerca del tema?, os preguntaréis, ¿cuál es el motivo de este desconocimiento?. Pues ni más ni menos que la propia intención de Gameloft, que realizan esta maniobra de viernes, esperando que el fin de semana que tienen por delante calme los ánimos mientras parte de la prensa especializada descansa y, con suerte, como el estudio no realiza juegos AAA, todo pase desapercibido; una jugada bastante fea por parte de la compañía, muy en la línea de lo que estamos viendo últimamente. Pero somos nosotros, la prensa del videojuego, y en especial la española, junto a todos los usuarios quienes debemos criticar esta actuación y denunciarla para que actos como este que, incluso dentro de la legalidad, perjudican a trabajadores e industria, no queden impunes. Porque apoyar la industria española del videojuego no es solo alabar títulos medianos y pequeños hechos en nuestro país, sino defender al talento que tenemos, porque lo tenemos, frente a abusos como el que hoy venimos a denunciar. ¿Preferimos que una empresa malviva a costa de sus trabajadores o que se respete el trabajo, dedicación y esfuerzo de estos?
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